Fueron los concellos de Oza dos Ríos y Cesuras, en la provincia de A Coruña, los que abrieron el camino a las fusiones municipales en Galicia pero ser pioneros también tuvo su coste puesto que su integración se produjo antes de que el Gobierno central aprobara la ley que fijaba incentivos a las uniones municipales. La fusión de Cotobade y Cerdedo nace, sin embargo, con el respado económico del Ejecutivo español, lo que reportará una inyección económica importante, de la que no disfrutó Oza-Cesuras.

El proceso para unir Oza dos Ríos ( 3.227 habitantes) y Cesuras (2.174 vecinos) no fue un camino de rosas. Se demoró 15 meses. No solo se encontró con el rechazo de los grupos de la oposición sino también de plataformas vecinales. La fusión llegó incluso a los tribunales. Según la legislación autonómica, la integración municipal solo requiere de mayoría absoluta en los plenos de los dos ayuntamientos involucrados. Sin embargo, más tarde se aprobó una norma estatal que establece que se requiere una mayoría de dos tercios. En el caso de Oza-Cesuras la fusión salió adelante con mayoría absoluta, puesto que no contó con el respaldo de la oposición. El PSOE recurrió y la cuestión debe dirimirse ahora en el Tribunal Constitucional.

El Consello Consultivo entiende que en Galicia prevalece la norma autonómica y para la unión de Cotobade y Cerdedo se mantiene el criterio de la mayoría absoluta.

Pero el principal lastre del nuevo concello de Oza-Cesuras fue que la fusión no reportó los ingresos esperados. El nuevo alcalde del PP llegó a emprender una campaña contra el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, por no recibir los incentivos que le correspondían tras la integración. La Xunta espera ahora compensarlo con la creación de un fondo específico para fusiones del que puede beneficiarse, pero de momento ni siquiera se ha aprobado el reglamento para fijar su reparto.

Y mientras, en estos dos años y medio de fusión, pocas cosas han cambiado en Oza-Cesuras. Sigue perdiendo población y mantiene los dos consistorios. Muchas de las ordenanzas municipales aún están duplicadas y hay dos urbanismos: el de Oza, con un plan aprobado en 2002, y el de Cesuras que solo cuenta con unas normas subsidiarias de 1997.