Solo durante el año pasado y únicamente contando las emitidas por facultativos del Sergas, se facturaron en Galicia casi 61 millones de recetas. La cuestión es si todas ellas se utilizan, es decir, si los pacientes que reciben un tratamiento lo siguen hasta el final y conforme a las pautas que le ha dictaminado el médico. Es lo que se conoce como adherencia. Los farmacéuticos aseguran que esta es mejor con el sistema personalizado de medicación (SPD), en el que los fármacos no se venden en sus cajas, sino que una vez que se dispensa el medicamento, el farmacéutico se los facilita al paciente en un blister con alveolos que incluirían las pastillas que el enfermo debe ingerir cada día y en cada toma, todo ello bien señalizado.

En España, tres de cada diez farmacias están específicamente acreditadas para presentar así la medicación para facilitarle la vida a los enfermos, o están dispuestas a hacerlo, mientras que en Galicia se estima que la cifra de oficinas que podrían ofrecer esta posibilidad ronda las 190, según explican en Correofarmacéutico. En el caso de la provincia de Pontevedra, una de cada cinco farmacias está ya acreditada para ofrecer este servicio, como señala la presidenta del Colexio Oficial de Farmacéuticos, Alba Soutelo.

Ya en 2013 el Colexio pontevedrés vio las posibilidades que ofrecía este sistema y estableció un procedimiento "normalizado" de trabajo para que todas las oficinas de la provincia que quisieran prestar el servicio lo hicieran "de forma uniforme", explica Soutelo. Hasta el punto de que diseñaron un programa de acreditación específico, que consistió en la realización de un curso teórico-práctico presencial. La manipulación de los fármacos para incluirlos en los blisters está controlada y supervisada y sigue unas normas. Tras varias sesiones, para grupos reducidos de 20 farmacéuticos, realizadas entre noviembre de 2013 y marzo de 2014, se acreditaron el 40 por ciento del total: 687 colegiados de los 1.700 inscritos en el Cofpo.

Con posterioridad, añade Soutelo, los titulares de las farmacias que iban a elaborar el sistema personalizado de dosificación presentaron un formulario de adhesión comprometiéndose a cumplir los requisitos exigidos. De ese modo, apunta, en el registro del Colexio, que fue trasladado a la Consellería de Sanidade, constan 89 farmacias adheridas, el 20% de las 428 establecidas en la provincia de Pontevedra. No obstante, Soutelo admite que desconoce si todas ellas están "actualmente" elaborando SPD.

La también farmacéutica destaca los beneficios de esta manera de gestionar los fármacos, en la que interviene la mano del profesional. Estos sistemas, explica, "tienen como objetivo mejorar la adherencia al tratamiento farmacológico y así evitar el incumplimiento terapéutico, que es una causa manifiesta", subraya, "del fracaso del tratamiento".

De hecho, en Galicia existen programas específicos, como el que tiene el Sergas para los pacientes que reciben tratamiento por tuberculosis, para asegurarse de que los enfermos toman la medicación que les fue pautada, y tal como les fue pautada, hasta el final. Si bien un estudio realizado por Sanidade a finales de 2014 apuntaba que un 95% de los enfermos crónicos recogía en las farmacias los medicamentos que le prescribían, desde la propia Xunta reconocían que recoger "no determina que los pacientes tomen efectivamente los medicamentos". De hecho, así ocurre en enfermedades como la tuberculosis, por ejemplo, lo que obliga al Sergas a realizar un seguimiento de estos pacientes casi a domicilio para asegurarse de que cumplen con la toma de fármacos.

Al cumplir el tratamiento de una forma estricta, las ventajas van más allá, como afirma Alba Soutelo, que enumera efectividad en el tratamiento, mejora en la enfermedad, reducción del número de visitas a los PAC y servicios de urgencias y "aumento de la calidad de vida".

En concreto, los sistemas personalizados de dosificación están indicados "especialmente", como cuenta la máxima responsable del Colexio de Farmacéuticos de Pontevedra, en crónicos polimedicados, personas edad avanzada con problemas a la hora de administración de sus medicamentos, enfermos con incapacidad manifiesta de cumplir el tratamiento, en quienes padecen deficiencias físicas o psíquicas para manipular adecuadamente sus fármacos y en los que tienen un tratamiento con pautas "complejas" (con dosis alternas, decrecientes, irregulares...)