De José Luis Rodríguez Zapatero no saldrá "ni un consejo", ni mucho menos un juicio de valor sobre la ronda de negociaciones abierta por su sucesor en el PSOE para intentar formar un nuevo gobierno en el país. "Yo ya tuve la etapa en la que me juzgaban -asegura- es complicado". Como "muy complicados" ve también el expresidente "los números" con los que se mueve Pedro Sánchez. "El resultado es el que es", señalaba ayer en Vigo antes de pronunciar una conferencia sobre la diversidad y la tolerancia invitado por los socialistas de la ciudad. Es "una ecuación que nunca tuvo que resolver la política española hasta este momento" y, por eso, reclama "respeto" al diálogo para que los protagonistas "tengan un buen clima" del que salga "lo mejor posible para los ciudadanos".

El expresidente no hay querido pronunciarse sobre la idoneidad de un pacto con Podemos. Ni "de hipótesis". Si ese acuerdo es el mejor para su partido y para el futuro Ejecutivo. "Lo más prudente y sensato es que respetemos el proceso de diálogo, de negociación -insiste- y a quienes lo tienen que hacer, que son los responsables de los partidos políticos". Lo subrayó hasta en tres ocasiones seguidas: "diálogo, diálogo y diálogo". "Y como hay ya muchas interpretaciones periodísticas y políticas todos los días -añade- lo que es creo que es más constructivo es el respeto silencioso". Las dos ocasiones en las que le tocó a él buscar la investidura le sirvieron de excusa para no querer ir más allá.

"Sé lo que es estar ahí, llevar el maillot amarillo", recuerda, en referencia a las elecciones de 2004, cuando consiguió 164 diputados, y la de 2008, en la que subió a 169. La tarea implica "paciencia y prudencia" porque "todos lo tienen difícil". "Quiero respetar lo que se está haciendo, los intentos y, sobre todo, fomentar que más allá del resultado final es bueno que se dialogue, que se haga una deliberación de los problemas de este país", señala, para ver si de los contactos pueden "salir ciertos parámetros objetivos y de racionalidad" sobre los problemas provocados por la crisis, el futuro del sistema de pensiones, la desigualdad social, la inmigración o el envejecimiento demográfico. Eso, para Zapatero, es ya un avance, "tenga o no éxito el resultado final" la negociación que confía en que sea "sincera".

Ante las palabras del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en las que aseguró que ETA esperaba como "agua de mayo" un pacto entre PSOE, Podemos y PNV, Rodríguez Zapatero exige que el terrorismo salga del debate público. "Lo que quiero es que volvamos a afirmarnos todos los demócratas unidos sobre lo que fue la derrota de ETA, y que no esté en el debate público", afirma. "Los ministros del Interior -dejó caer como mensaje a Fernández Díaz- tienen una ardua tarea".