Cuando parecía que la polémica por la situación de los tres diputados de IU vinculados a las candidaturas de confluencia de Podemos y que se integrarán en su grupo en el Congreso era ya agua pasada, el coordinador de la coalición, Cayo Lara, les lanzaba ayer un órdago para que se desligaran de la formación que capitanea Pablo Iglesias para sumarse a Alberto Garzón, el cabeza de lista, y Sol Sánchez, actualmente en el grupo mixto. Lara fue inicialmente muy contundente en su mensaje a la gallega Yolanda Díaz (En Marea), y Joan Mena y Félix Alonso (En Común Podem). De eso, dijo, dependía la supervivencia de IU por las importantes repercusiones económicas que supone para quedarse sin las subvenciones de los envíos electorales -en los que invirtió dos millones de euros durante la pasada campaña-, con el riesgo de tener que acometer un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para hasta el 60% de la plantilla. A las dos de la tarde terminaba el ultimátum que el coordinador federal lanzó desde el Consejo Político, el principal órgano de decisión de IU, pero ya antes de cumplirse la hora, la exigencia se evaporó. Ante el revuelo creado, Cayo Lara se vio obligado a rebajar su petición a que los tres "agoten" todas las posibilidades que permitan lograr grupo propio "hasta el último momento". Con bronca de por medio. "Ha cometido una grave irresponsabilidad política", criticó Alberto Garzón, según apunta Europa Press, citando fuentes presentes en el encuentro.

La oposición no vino solo del cabeza de lista en las generales, sino de buena parte de los asistentes al cónclave al considerar que podría poner en peligro la estrategia de posibles alianzas y el riesgo general de trocear la confluencias dentro de la Cámara Baja.

La dirección de Esquerda Unida, la rama gallega del partido, salió a defender a su coordinadora y a aliarse con Garzón. La propuesta de Lara, alegó en un comunicado, no solo supone "fracturar" la política de confluencias, sino directamente "hacerle el juego a Ciudadanos", al tiempo que alegó que no existían garantías jurídicas para lograr grupo propio. Aunque sumarían 5 diputados, no obtendrían el 5% de votos a nivel estatal, otro de los requisitos, pues los tres diputados de las confluencias no acarrearían una suma extra de papeletas.

Además, EU anunció que repetirá estrategia en las autonómicas gallegas y "nunca" apoyará una línea para rompa esa política.

Finalmente y tras su modificación, el texto firmado por Lara salió adelante con el apoyo del 79,5% de los presentes en el Consejo Político, aunque su debate ha manifestado las tensiones internas que sufre IU. La fórmula final elegida permite que se siga explorando la posibilidad de formar grupo parlamentario propio, pero sin forzar una ruptura de las candidaturas de convergencia.

La pretensión de Lara de dejar sobre el tejado de Díaz -que había abordado con Garzón su posición, sin más discusión pública desde entonces-, Mena y Álvarez la responsabilidad del recorte de plantilla -13 de los 22 empleados y 5 de los 7 cargos políticos, además de una reducción salarial progresiva de entre el 10% y el 20%- protagoniza el enésimo cisma que vive IU, muy tocada por los malos resultados del 20-D.