En junio de 2005, el PPdeG perdía la mayoría absoluta y Manuel Fraga decía adiós a la Xunta, tras 16 años en el poder. La provincia de Pontevedra fue decisiva en la derrota y once años después los populares gallegos todavía lo recuerdan. Así Alberto Núñez Feijóo comentaba ayer, al ser preguntado por si finalmente será el vicepresidente de la Xunta y secretario xeral del PPdeG, Alfonso Rueda, el relevo de Rafael Louzán al frente del PP de Pontevedra: "Sin ningunda duda, es una de las provincias clave en el futuro político de Galicia". Acto seguido, admitía su "lapsus" y sostenía que "importantes" son las cuatro provincias. Era su respuesta a la cuestión de si Pontevedra es tan clave como para situar al frente a su número dos en el PPdeG.

El recuerdo del 19-J de 2005 ayuda a explicar la importancia que el partido da a este nombramiento. Louzán anunció casi al mismo día que Negreira que no optaba a la reelección, y en A Coruña ya se sabe que Diego Calvo es el firme candidato a sucederlo, pero en Pontevedra no está confirmado el nombre de su sucesor, aunque todo apunta a que será Rueda y aunque han surgido otros nombres, como el del delegado de la Xunta en Vigo, José Cores Tourís. Feijóo evitó ayer confirmarlo y aseguró que será "la militancia la que decida". Dirigentes consultados por este diario sostienen que Pontevedra necesita un político "con peso y autoridad" para tomar las riendas del partido, sobre todo en vísperas electorales. Las elecciones gallegas están previstas para finales de año, el propio Feijóo insistía ayer mismo que prevé agotar legislatura y aprovechar al máximo la estabilidad política que reina en la comunidad.

Rueda, según fuentes populares, compaginaría hasta abril o mayo, es decir hasta la celebración del congreso autonómico, la secretaría xeral del PPdeG con la presidencia del partido en Pontevedra, pero luego renunciaría al primer cargo, para centrarse en la Vicepresidencia de la Xunta y en el PP pontevedrés. La decisión final depende de Feijóo. Si acuerda situar a Rueda al frente del PP de Pontevedra se verá obligado a hacer cambios en la secretaría xeral y la incógnita será entonces quién será su número dos en la nueva etapa, en caso además de que Feijóo decida él continuar.