El secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, escenificó ayer su apoyo total a Pedro Sánchez, líder del PSOE, en su intento de lograr apoyos suficientes para ser investido presidente del Gobierno. En su opinión, este ha mostrado "responsabilidad" desde el día después de las elecciones generales y está analizando "las prioridades" del resto de partidos antes de decidir "con quién" gobernar y "desde dónde".

Besteiro lanzó este mensaje de apoyo después de que varios barones socialistas como los de Andalucía, Aragón o Asturias cuestionasen el intento de crear un gobierno con Podemos, si bien Sánchez ha comenzado a acercarse a Ciudadanos. Y lo hizo en la sede de su formación, Santiago, rodeado de diputados y senadores, así como de su número 2, Pilar Cancela, que optó a un puesto en la Mesa del Congreso y ahora presidirá una comisión.

Además, censuró la presión efectuada por PP y Podemos para acotar los plazos al menos quince días y forzar que Sánchez se someta cuanto antes a la sesión de investidura. "Se abre ahora un plazo razonable, que a otros les parece demasiado largo, aunque no vieron así los últimos 40 días en los que [Mariano] Rajoy tuvo una ocasión magnífica para trabar diálogo", espetó en alusión al presidente del Gobierno en funciones. Recordó también que Sánchez no tardó "ni 24 horas" en iniciar contactos tras el encargo del Rey Felipe VI para que intentase sumar una mayoría para ser investido.

Al respecto, aseguró que su formación tiene "las prioridades claras" y retó a Ciudadanos y Podemos a desnudarse ante la opinión pública, después de que ambos se vetasen en una posible alianza liderada por el PSOE. "Veremos si a Ciudadanos le pesa más su impronta reformista o su proximidad al PP; y si Podemos está en posición de cambiar este país y de hacer un gobierno más transparente o está a otras cosas", declaró rodeado de cargos en las Cortes de su partido, así como del portavoz parlamentario en Galicia, José Luis Méndez Romeu. Además, se mostró contrario a que se celebren unas nuevas elecciones generales. "Los ciudadanos no quieren que les pidan una segunda opinión", sostuvo.