La Xunta ha licitado el servicio de comedor en los veinte centros escolares en los que se rescindió el contrato tras constatar incidencias graves en la prestació del servicio, aunque ahora impone exigencias más duras a las empresas que aspiren a hacerse cargo. Entre ellas, y en el caso de que no vayan a utilizar las instalaciones de cocina del centro, las firmas deberán acreditar ante la Administración que sus instalaciones estén a menos de 200 kilómetros de los colegios que va a atender.

Asimismo, se otorgará mayor puntuación para menús con lácteos gallegos y también se valorarán aquellas ofertas que presentes un catálogo en el que se reduzca el número de platos y guarniciones fritas. Otra novedad es que la Xunta retendrá a las empresas el 1% del presupuesto de licitación, que se destinará a auditorías periódicas para comprobar si se cumple el contrato y los estándares nutricionales.

Educación también "reforzará" los controles en los centros donde no hubo quejas, incluyendo "auditorías periódicas".