Vuelco a la sentencia absolutoria del caso PrestigePrestige dictada por la Audiencia de A Coruña en noviembre de 2013. El Tribunal Supremo acaba de resolver los 18 recursos presentados por las partes en un fallo en el que condena al capitán del petrolero, Apostolos Mangouras, a dos años de prisión por un delito contra el medio ambiente en grado de imprudencia. En la resolución hecha pública ayer, el Alto Tribunal abre además la puerta a que los daños de la marea negra los asuma la armadora (Mare Shipping) y la aseguradora del viejo monocasco, The London P&B Club, al declararles responsables civiles de la catástrofe medioambiental provocada por el vertido de más de 63.000 toneladas de fuel hace ya más de 13 años. La sentencia concluye que tanto el marino griego como la propietaria del buque actuaron "temerariamente y a sabiendas de que probablemente se causarían tales daños".

La concreción del importe con el que el entramado del Prestige deberá responder se ha dejado para la fase de ejecución de sentencia por parte de la Audiencia de A Coruña. El Supremo también declara la responsabilidad civil del Fidac (Fondo Internacional para la indemnización de daños causados por hidrocarburos) con los límites establecidos en el convenio que lo regula.

El fallo, por el contrario, mantiene la absolución del entonces director de la Marina Mercante, José Luis López-Sors, salvando así al Estado del pago los daños de forma subsidiaria, y también la del jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos, y del primer oficial, Ireneo Maloto, que no pudo ser llevado a juicio por la imposibilidad de ser localizado.

La Fiscalía había reclamado durante el juicio casi 4.400 millones de euros por los daños causados por el vertido que tiñó de negro casi 3.000 kilómetros de litoral, desde la desembocadura del Miño hasta la costa francesa. De la cantidad que demanda el Ministerio fiscal, unos 2.433 millones corresponden a Galicia. Sin embargo, el límite de la póliza suscrita por la armadora tiene una cobertura de tan solo mil millones de dólares. Una cantidad a la que habría que sumar los 22,7 millones de fianza que depositó la aseguradora en el año 2002 en el juzgado de Corcubión, donde se instruyó la causa.

La Audiencia de A Coruña cerró hace más de dos años el macroproceso, que se prolongó durante nueve meses, con una sentencia sin culpables, en la que eximió de cárcel y del pago de daños a los tres acusados -solo condenó a Mangouras a nueve meses de prisión por un delito de desobediencia que no llevaba aparejada la responsabilidad civil- y apuntó como único responsable de las deficiencias del petrolero a ABS, la clasificadora que meses antes del naufragio había certificado que el Prestige era apto para navegar y que sin embargo no estaba sentada en el banquillo.

La sentencia del Supremo condena por unanimidad a dos años de prisión a Mangouras, de 81 años, por un delito imprudente contra el medio ambiente en su modalidad agravada de deterioro catastrófico y lo absuelve del delito de desobediencia a la autoridad durante las tareas de remolque del petrolero. Pese al nuevo fallo, el capitán del buque no tendrá que ingresar en la cárcel al no superar la condena los dos años. Además le impone una multa durante doce meses a razón de una cuota diaria de 10 euros y lo condena a un año y seis meses de inhabilitación para el ejercicio de su profesión así como al pago de una doceava parte de las costas en primera instancia.

La compensación que ahora debe fijar la Audiencia de A Coruña debe abarcar la reparación del daño, tanto el emergente como el lucro cesante, incluido el daño medioambiental, y la indemnización de perjuicios materiales y morales, según recoge la sentencia.

El Supremo recuerda que, de acuerdo con su jurisprudencia y con la del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, solo ha podido revisar la sentencia absolutoria de la Audiencia de A Coruña en sus fundamentos jurídicos, sin valorar de nuevo la prueba. Es decir, que el fallo del Alto Tribunal se realiza únicamente sobre los hechos que los magistrados de A Coruña consideraron probados, entre ellos que la tripulación del buque, Mangouras incluido, desconocía las deficiencias estructurales que causaron la avería que acabó por partir en dos al Prestige a 138 millas de la costa gallega.

En su recurso ante el Supremo, el fiscal Luis Navajas había reclamado la nulidad de la sentencia de la Audiencia de A Coruña por "ilógica, errónea y arbitraria" y que se tuvieran en cuenta cinco documentos "clave" sobre el mal estado del petrolero. Uno de esos documentos era un escrito de Mangouras que refleja que detectó fisuras y corrosión en los tanques dos y tres del Prestige, la zona en la que finalmente se produjo la avería.