El alcalde de Pontevedra, el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores, defendió ayer que le parece "razonable que los responsables de las últimas decisiones que se tomaron en el BNG pongan sus cargos a disposición y que hagan una nueva dirección". "Sea quien sea, no es cuestión de una persona o de otra", añadió, tras la decisión de Xavier Vence de apartarse del liderazgo del BNG.

En su opinión, el BNG "tiene que tomar una decisión" sobre su futuro en la asamblea nacional del 28 de febrero, donde el debate "no debe ser si vamos o no con En Marea" sino marcar una "línea clara" y dejar de dar "bandazos".

Por su parte, el alcalde de Lalín, Rafael Cuiña (Compromiso por Galicia), aseguró ayer que "la ciudadanía demanda la máxima confluencia posible" para "tumbar políticas como las del PP". Así calificó las políticas populares como "perjudiciales" y reclamó que la "confluencia" sea abordada "en otro tipo de foros en los que sentarse a hablar del futuro" de Galicia. Según matizó el alcalde, "no todo vale", por lo que esta cuestión debe ser analizada "con seriedad y proyectos creíbles y necesarios".