Mientras las candidaturas afines a Podemos, como la gallega En Marea, presionan para lograr un grupo propio en el Congreso que PP, PSOE y Ciudadanos vetan, los dos grupos independentistas catalanes de la Cámara, ERC y Democracia y Libertad -nacida de las cenizas de Convergéncia- sí podrán constituirse cada uno como tal, a pesar de no cumplir todos los requisitos legales.

El reglamento del Congreso establece que una formación debe obtener un mínimo de cinco escaños y "al menos el 15% de los votos correspondientes a las circunscripciones en que hubiesen presentado candidatura o el 5% de los emitidos en el conjunto de la nación". Ambas quedaron por debajo de ese 15% en la provincia de Barcelona, pero PP y PSOE alegaron, según Europa Press y Efe, que existe jurisprudencia que les permite computar ese porcentaje a nivel autonómico.

La pasada legislatura, sin embargo, el PP, con mayoría absoluta, impidió a Amaiur formar grupo, pese a tener siete actas, porque en Navarra logró el 14,86% de votos. Por contra, Unión, Progreso y Democracia (UPyD) no alcanzó el 5% de votos estatales la pasada legislatura, pero sí contó con voz propia gracias a un diputado de Foro Asturias.

Esta decisión añadirá material argumental a la denuncia de En Marea y sus aliados de que las decisiones de la Mesa para permitir la constitución de grupos tienen carácter "político". Populares y socialistas alegan para vetar que estos se organicen de forma independiente otro de los requisitos del reglamento, que establece que no pueden formarlo diputados "que pertenezcan a un mismo partido", ni tampoco quienes "al tiempo de las elecciones, pertenecieran a formaciones políticas que no se hayan enfrentado ante el electorado".

En Marea, En Comú y Compromís-Podem mantienen, apoyados por Podemos, su intención de solicitar a la Mesa su constitución como grupo; esta tiene hasta el martes para establecer la conformación del Congreso. Esa opción resulta hoy en día una quimera, por lo que en una reunión mantenida ayer entre las tres fuerzas "hermanas" se expuso la opción de solicitar ante la Mesa la creación de un grupo conjunto, que integrarían sus 27 diputados: 6 gallegos, 12 catalanes y 9 valencianos. En el Senado ya intentan apuntalar esta opción.

La coalición considera esta alternativa un mal menor y preferible a integrarse en Podemos, cuyo líder ya ha ofrecido a sus socios su unión a un grupo "confederal", donde se repartirían tiempos, iniciativas y fondos, aunque Pablo Iglesias no ha concretado esa oferta. Ello le daría más fuerza a su imagen como contrapeso del establishment que identifica con PP, PSOE y Ciudadanos, pero diluiría la voz gallega, que la izquierda rupturista quiere usar como un ariete más para perfilar su candidatura para las elecciones autonómicas previstas a final de año.

A pesar del veto a su constitución como grupo, fuentes de En Marea revelaron ayer que el Rey recibirá a sus seis diputados como hará con el resto de candidaturas que lograron alguna representación en el Congreso.

La coalición gallega ha establecido que el futuro de sus seis diputados esté ligado: votarán qué opción tomar y todos la asumirán, si bien en Galicia la ruptura de esos acuerdos motivó dos escisiones en AGE que sumará la tercera en cuestión de días. Mientras, IU reconoce que negocia con los cuatro diputados de su organización electos bajo la alianza valenciana para poder constituir un grupo propio.

Por su parte, el número 2 de Podemos, Íñigo Errejón, alertó ayer de que el veto a los grupos de las listas de confluencia lanza "un mensaje de cerrazón e inmovilismo" y alimenta el independentismo. "En Comú Podem ganó las elecciones en Cataluña con un mensaje de referéndum, pero también de fraternidad. Si alquien le cerrara las puertas, lo que estaría haciendo sería abrirle las puertas o favorecer el proceso de desconexión unilateral [de Cataluña]", advirtió.