La Xunta arranca el año con 9.900 millones de euros de gasto ya comprometido en ejercicios futuros, el equivalente a su presupuesto anual. Y el grueso de este dinero, unos 9.000 millones de euros son costes financieros, es decir, lo que tiene que pagar de aquí en adelante en intereses de la deuda y amortizaciones. El resto se corresponde sobre todo con inversiones puesto que para construir obra pública como el Hospital de Vigo o algunas autovías el Gobierno gallego recurre al sistema de pago aplazado: se adjudica la obra a una empresa que asume el coste de su ejecución a cambio de un canon que cobrará de la administración durante un determinado periodo de tiempo.
Es una operación habitual en el sector público: contraer compromisos de gasto plurianuales. Puede tratarse de deuda, de inversiones o incluso de planes diseñados a varios años vista que requieren de una financiación repartida en un horizonte amplio. En el informe de las Cuentas Generales de la Comunidad Autónoma del año 2014 se establece el calendario de estos pagos. Desde 2016 suman casi 10.000 millones de euros y se alargan más allá de 2019, aunque a partir de ese año no se especifican las anualidades. Este compromiso de gastos equivale además al 18 por ciento del PIB de la comunidad autónoma.
La Xunta tuvo que diseñar así los presupuestos de este año contemplando ya de entrada 2.000 millones de euros que estaban comprometidos de antemano. Y en 2017 tendrá que desembolsar otros 2.000 millones, esta cantidad se relajará en 2018, ejercicio en el que necesitará 1.184 millones de euros. A partir de 2019 le quedarán aún otros 4.600 millones de euros pendientes. Son pagos ineludibles que tendrán que afrontar los futuros gobiernos de la Xunta y que condicionarán cada año la elaboración de los presupuestos.
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Y detrás de este elevado gasto comprometido para ejercicios futuros está el endeudamiento de Galicia.Así solo durante este año la Xunta ya tendrá que gastar más de 1.600 millones de euros (1.386 en pasivos y 286 millones de gastos financieros) para pagar intereses y devolver préstamos. Esta deuda se elevará al año siguiente, en 2017, superando los 2.000 millones de euros.
Pero la Xunta no solo tiene gastos futuros comprometidos sino que además acarrea ciertos pagos pendientes de anualidades anteriores. Así cerró el año 2014 con más de 125 millones pendientes de pago, de los cuales 18, 2 millones eran simplemente obligaciones contraídas, 91,9 millones eran propuestas de pago que no se ejecutaron y hay otros 15,4 millones cuyo abono ya se había ordenado pero no se llegó a hacer efectivo.
La otra cara de la moneda es lo que le adeudan a la Xunta y que tiene pendiente de cobro. Al cierre del ejercicio 2014 eran 286,7 millones de euros. Este saldo se incrementó además con respecto al ejercio anterior en un 13,3 por ciento.
La mitad de esta deuda que el Gobierno gallego tiene pendiente de cobro se corresponde con el dinero que le deben los contribuyentes morosos: 154 millones de euros. La cuantía que los gallegos no abonaron en tributos en 2014 se incrementó además en un 10 por ciento con respecto al ejercicio 2013.
Otros 125 millones que la Xunta tiene pendiente de cobro se corresponden con ingresos de capital, es decir, puede tratarse de ventas de inmuebles pendientes de ser abonadas a la administración o definanciación procedente, por ejemplo, del Gobierno central que aún está pendiente.
El Igape dejó sin ejecutar en plena crisis el 65 por ciento de su presupuesto
- No todo el presupuesto consignado para un ejercicio se gasta dentro de ese año. En 2014 la Xunta consiguió un grado de ejecución de sus cuentas superior al 90,5 por ciento. Sin embargo, el resultado no es el mismo, según qué consellería, y también hay diferencias dependiendo de cada organismo autónomo.Si bien Educación y Sanidade rozaron el 99 por ciento de gasto acometido, otros departamentos como el de Economía dejaron sin gastar el 40 por ciento. Y el peor resultado obtenido por los entes instrumentales de la Administración autonómica fue el del Igape, que a pesar de ser la herramienta fundamental del Gobierno gallego para reactivar la economía y apoyar al empresariado, solo gastó el 34,7 por ciento de sus fondos en 2014, cuando aún arreciaba la crisis. En todo caso, este dinero, el 65 por ciento que no se ejecutó, no se pierde. Simplemente se desplaza el gasto al año siguiente.Según las Cuentas Generales de la Comunidad Autónoma, el otro organismo autónomo con menor ejecución presupuestaria fue la Axencia Galega de Innovación, que solo gastó el 57 por ciento de su presupuesto.El Instituto Galego de Vivenda e Solo se situó en un grado de ejecución presupuestaria también bastante bajo, del 61,9 por ciento, y el Instituto Enerxético de Galicia (Inega) gastó el 63,6 por ciento.En el otro extremo, entre los entes que mejor cumplieron con sus compromisos de gasto fueron el Sergas (97,6 por ciento), Intecmar (97,6), la Axencia Tributaria (98,1), el Consello Galego de Relacións Laborais (98,6) y el Consello Económico e Social (99,1 por ciento).
