El Servizo Galego de Saúde (Sergas) disparó en 2014 el gasto que había previsto inicialmente en 327 millones de euros, de los que 308 correspondieron a nóminas de personal y a facturas de medicamentos, en algún caso correspondientes al ejercicio anterior. De esa manera, el presupuesto inicial del Gobierno gallego para la sanidad se incrementó más de un 9,8% al rozar los 3.654 millones de euros.
La modificación de los presupuestos a lo largo de un ejercicio resulta una práctica habitual y normal en la gestión pública, que debe adaptarse al día a día. Sin embargo, en las cifras del Sergas correspondientes a 2014 destaca el incremento de estos cambios contables, que se elevan más de un 25% respecto a los aplicados en 2013, de acuerdo con el balance realizado por la Intervención Xeral dependiente de la Consellería de Facenda. Las alteraciones de hace dos ejercicios ascendieron a 261,7 millones, mientras que un año después la cifra fue de 327,6, si bien las comunicaciones parlamentarias sobre estos aspectos solo ascendieron a 207 millones, incluyendo nóminas, recetas, expropiaciones o pensiones.
La inmensa mayoría de ese desembolso adicional no previsto inicialmente, a juzgar por lo establecido en las cuentas iniciales del curso, responde a gastos básicos, como nóminas y medicamentos, que se comen la mayor parte de los fondos del Sergas. Este diario reclamó una explicación de estas decisiones aplicadas durante la gestión de Rocío Mosquera al departamento que dirige ahora Jesús Almuíña, pero no obtuvo respuesta.
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El Sergas recurre, al menos desde 2012, a una práctica que ya ha criticado algún organismo fiscalizador. Sanidade reserva un fondo de contingencias que el año pasado ascendió a 73 millones de euros, pero, en lugar de destinarlo a imprevistos, acomete gastos previsibles, como las sustituciones de personal en vacaciones. El Consello de Contas censuró en 2012 este modus operandi por parte de la Xunta presidida por Alberto Núñez Feijóo. "El fondo de contingencia, lejos de servir para la atención de gastos imprevistos y no discrecionales, constituyó una herramienta para la cobertura de gastos (principalmente gasto corriente) que son objeto de una deficiente presupuestación por escasamente realista, y que son reiteradamente presupuestados a la baja para dotarlos de crédito necesario a lo largo del ejercicio, a veces incluso en base a estimaciones y no a necesidades surgidas", espetó.
Por su parte, la Consellería de Facenda explicó en anteriores ocasiones que se trata de una práctica habitual y rebajó su importancia.
Sanidade, de hecho, agotó los 73 millones reservados para todo el año pasado en octubre. Una parte se dedicó al pago de sentencias condenatorias e indemnizaciones, pero el 84% fue asumido por coste de nóminas. En ese mes de 2014, el fondo había reducido su cuantía en solo 50.
El grueso de los 327 millones en que se elevó el gasto sanitario de Galicia en 2014 corresponde a medicamentos. De acuerdo con los datos de la Intervención Xeral, la mayor parte de ellos corresponden a la "reposición de parte del crédito de farmacia hospitalaria, utilizado a principios de ejercicio en saldar las cuantías pendientes de pago de 2013": se trató de 184 millones. Esta operación, sin embargo, no afecta al cumplimiento del déficit público porque estaba previsto.
Por otro lado, las nóminas se comieron 98 millones adicionales, en su mayoría destinados a pagar sustituciones a lo largo del año, siendo el período de mayor gasto el verano y las navidades. Eso sí, 21,3 millones fueron transferidos directamente para pagar las nóminas de diciembre.
La fórmula para obtener estos recursos básicamente consiste en recurrir a crédito, mediante el cual lograron algo más de 345 millones, a los que se restan otros 24,7 en bajas de otros créditos, según la Xunta.
