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Balance del sistema de la dependencia

Galicia cerró el año con 2.500 dependientes más atendidos y 12.000 leves en espera

Los beneficiarios se elevan ya a 41.500, la cifra más alta hasta la fecha -De los 14.000 casos de menor gravedad que desde julio tienen derecho a prestación, solo 1.751 reciben ayuda

La cifra de dependientes atendidos en Galicia al cierre de 2015 se elevó a 41.500, la más alta desde que se puso en marcha el sistema de dependencia. Esto significa un incremento de más del 6 por ciento en el volumen de beneficiarios en el último año (casi 2.500). La principal razón es que desde el pasado mes de julio la Xunta está obligada a atender también a los 14.000 leves (grado I) cuya incorporación se pospuso en un principio debido a la crisis y a las dificultades económicas para asumir su cuidado. Un total de 1.751 dependientes considerados de poca gravedad reciben alguna prestación, pero aún quedan en espera más de 12.200, según las cifras de la Consellería de Política Social.

La incorporación de los leves se realizará, de hecho, de manera progresiva. En los seis primeros meses el departamento que dirige José Manuel Rey Varela ha atendido ya al 12,5 por ciento del total de los dependientes considerados de grado leve. Su incorporación el pasado mes de julio al sistema de dependencia duplicó además la lista de espera.

Desde Política Social se advierte que aunque en 2015 la incorporación de los dependientes leves a las ayudas ha sido más lenta, la situación se agilizará a partir de 2016. De hecho, la Xunta se ha marcado el objetivo de atender a 10.000 nuevos dependientes este año.

Aún así, los casos graves que están en la lista de espera seguirán teniendo prioridad. Puede haber, sin embargo, determinadas prestaciones que estén disponibles y que encajen mejor en el perfil de un dependiente leve, de manera que puedan ir benefiándose de ellas antes incluso que otras personas con una dependencia más severa. De hecho, desde la consellería aclaran que la atención de los dependientes leves es "más fácil" puesto que precisa de recursos menos complejos que pueden ir desde la teleasistencia, la ayuda a domicilio o la prestación de un servicio de fisioterapia.

Así, por ejemplo, la mitad de los dependientes de grado I atendidos por la Xunta reciben ayuda a domicilio. La mayoría de ellos, unos 678, son beneficiarios de este servicio público mientras que a 41 se les da una paga económica para que puedan pagar la atención en el hogar.

El segundo recurso más utilizado para el cuidado de estos dependientes leves es adjudicarles una plaza en un centro de día. En esta situación están casi 500 gallegos. En residencias hay internados 199 beneficiarios más de grado I. Y otros 133 son atendidos en su domicilio mediante un programa de teleasistencia.

En la atención a dependientes tanto graves como leves la Consellería de Política Social prioriza en la mayor parte de los casos ofrecerles un servicio público y no una paga. Así, en el caso de los beneficiarios de grado I solo hay 137 que reciben una prestación económica para pagar a un cuidador en el ámbito familiar y únicamente 2 cobran un subsidio para contratar a un asistente personal.

Desde la Consellería de Traballo insisten en que es necesario reformular la financiación de manera que se pague más por los dependientes que reciben un servicio y no una ayuda económica. Si el Ministerio de Sanidad aceptase esta demanda, Galicia sería de las comunidades más beneficiadas puesto que es la segunda que opta más por los servicios y menos por pagas económicas.

Para este año la Xunta ha elevado su presupuesto en dependencia hasta los 324 millones de euros, 26 millones más que los consignados durante el pasado 2015. Rey Varela se propone dar atención al 75 por ciento de los dependientes que tienen la dependencia reconocida. En la actualidad, este porcentaje está en el 40 por ciento, es decir, solo se benefician de la prestación el 60 por ciento mientras que cuatro de cada diez dependientes con derecho a un ayuda está en lista de espera.

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El Gobierno no financia el coste de la residencia a los casos menos graves

  • El Gobierno paga a las comunidades una cuantía en función del número de dependientes atendidos. Sin embargo, no financia todos los servicios. Así, por ejemplo, no contempla la posibilidad de que un dependiente leve pueda tener plaza en una residencia. La normativa estatal establece que este recurso está reservado solo a los casos más graves. A pesar de ello, hay casos de dependencia moderada internados en un centro de mayores y de su coste se tiene que hacer cargo la comunidad autónoma.La Consellería de Política Social reconoce que hay casi 200 dependientes leves ingresados en residencias en la comunidad gallega. Aunque su dependencia sea moderada pueden no estar capacitados para desempeñar actividades básicas o valerse por sí mismos en el hogar.En estos casos, es el usuario, a través del copago, y la propia Administración autonómica los que asumen el gasto de un servicio que además es de los más caros. De hecho, una plaza en un centro de mayores tiene un coste medio de 1.500 euros al mes.Según explican desde la Consellería de Política Social, el Ministerio de Sanidad estableció un régimen transitorio para que aquellos que estuviesen en una residencia antes del 28 de noviembre de 2010 pudiesen continuar en ella con una aportación estatal de 48 euros al mes. Sin embargo, para el resto de los casos el Gobierno se desentiende de la financiación de estas plazas residenciales.En el Ministerio de Sanidad están dispuestos a discutir con las comunidades y buscar una solución para estos dependientes leves que son ingresados en residencias.

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