Atrás quedó el boom del turismo rural que supuso la apertura de numerosos establecimientos en la comunidad gallega. La Xunta constata que desde 2004 -año en el que se alcanzó la máxima ocupación histórica con un 18,6 por ciento de las plazas- la demanda se ha desplomado, salvo repuntes puntuales en los años 2007 y 2010. La ocupación se sitúa en el 13,1 por ciento en el año 2014, casi seis puntos por debajo de la registrada hace una década.

Para el Gobierno gallego esta situación "confirma un continuo y creciente ajuste entre oferta y demanda" que, en su opinión, explicaría el cierre de unas setenta casas de turismo rural entre 2013 y 2012. La solución pasa, a juicio de la Xunta, por no aumentar la oferta sino por "ahondar en la mejora de la calidad".

Una de las fortalezas del campo gallego, según el informe del Plan de Desarrollo Rural, es la amplia cobertura de internet básico. Hay un 2% de población en zonas sin cobertura donde la Xunta ofrecerá ayudas para la conexión por satélite.