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Las consecuencias sociales de la crisis

La emancipación de los jóvenes gallegos se retrasa hasta los 32 años por la falta de ingresos

La edad media para independizarse en 2007 era 29 años -El 61% de los gallegos hasta 34 años reside en el hogar familiar - Prácticamente la mitad carece de ingresos -Los que cobran más de 600 euros caen a la mitad

En tiempos de crisis el dinero recobra la importancia que los años de bonanza relativizan por la percepción general de que no se trata de un bien escaso. Cuando falta, a la luz sale todo su esplendor material, pero también el provecho emocional, porque el proyecto de vida de cualquier ciudadano depende de lo que le llegue al bolsillo. Por eso entre las muchas consecuencias de la doble recesión están los profundos cambios sociales de los jóvenes, uno de los colectivos más afectados por el deterioro del mercado laboral. La tasa de paro llegó a colocarse en Galicia por encima del 66% entre la población de 16 a 19 años; en el 43% para aquellos de 20 a 24 años; y cerca del 30% en los que van hasta los 34 años. En todos los casos, niveles muy superiores a los del conjunto de la autonomía y una barrera infranqueable para la emancipación. La falta de recursos ha ido aumentando la edad a la que los jóvenes gallegos se independizan. En 2014 se situó en algo más de 32 años, dos años más que en 2013, según la Encuesta estructural a hogares publicada ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE). En 2007, antes del pinchazo de la economía, la media rozaba los 29 años.

Seis de cada diez gallegos entre 18 y 34 años vivían el año pasado con sus padres. Un total de 291.744. En números absolutos son un 6,6% menos que en 2013, pero teniendo en cuenta el volumen de jóvenes que hay en la comunidad en esas edades la caída es en términos relativos de únicamente el 0,7%. Del 62% al 61,3%. Lo que significa que en el descenso influye sobre todo el envejecimiento demográfico y la falta de relevo generacional. Hay menos jóvenes emancipados porque también hay menos personas en esa franja de edad.

La decisión de dar o no el paso, ¿es una opción personal o una postura obligada? La panorámica de los recursos que tienen los jóvenes gallegos muestra que hay más de lo segundo que de agarrarse a la comodidad. Unos 137.000, el 46,7%, carecen de ingresos. Evidentemente son más numerosos los que están en edades más tempranas -88.502 entre 18 y 24 años- que los que van hasta los 34 años -47.755-, donde se recogen los titulados que buscan una primera oportunidad laboral. Otro 10,3% (30.200) recibe cada mes por debajo de 200 euros. Casi un 18% (52.000) no llega ni a los 600 euros y un 14,5% (42.500) cobra entre 600 y 1.000 euros, según el IGE. Únicamente el 10,6%, alrededor de 30.800 jóvenes, ingresa mensualmente más de 1.000.

El desempleo y los recortes salariales pasan factura especialmente a las dos últimas horquillas de ingresos. En los últimos seis años, el número de jóvenes que cobraba entre 600 y 1.000 euros y los que se embolsaban más de 1.000 se desploma a la mitad. En 2008 suponían el 25% y el 21,6% del total, respectivamente. Los que no tienen ningún ingreso, sin embargo, eran el 28,3% frente al 46,7% actual.

Caída del 10%

Por eso no extraña que, como recoge el informe del IGE, el número de hogares compuestos por personas menores de 35 años toque mínimos históricos. En 2014 sumaban 69.558, el 6,5%, después de una caída anual cercana al 10% y del 30% desde 2007.

La solución a veces implica que una pareja se vaya a vivir con los padres de uno de ellos. Por encima de las 11.000 en 2014, con un alza del 2,5% sobre el ejercicio anterior, por lo que se rompe la tendencia a la baja iniciada en 2008. Son ya cerca de una de cada diez parejas de jóvenes.

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El número de familias que ingresan menos de 200 euros por persona se duplicó desde el estallido de la crisis

  • El de 2014 fue, teóricamente, el ejercicio del arranque de la recuperación. Por lo menos para las cifras macroeconómicas con la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) al alza. Pero de puertas para dentro, en los hogares, el cambio de ciclo apenas se notó. El ingreso medio por hogar al mes rondó 1.915 euros. Son 5 euros más que en 2013 y un 5,6% menos que en 2008. Como dato medio que es, en el importe pesan mucho los recursos que mantienen los hogares más pudientes. De hecho, no hay mejor síntoma de cómo se está agrandando la desigualdad que mirar la mediana. Es decir, la cantidad a la que se llega en caso de que repartamos en dos partes exactas los hogares existentes en la comunidad, algo más de 1,060 millones. Son 1.640 euros mensuales. Los ingresos a los que llegan como máximo la mitad de las familias gallegas. En este caso, la mejora en comparación con 2013 es menor, de 4 euros, y mayor el recorte acumulado desde 2008, un 7,5%. Lo que demuestra una vez más que los descensos de la capacidad adquisitiva se están dando con especial virulencia entre los que menos tenían ya. Aún así, el IGE recuerda que los precios estuvieron el último año en negativo, con todo lo que eso implica para el nivel de vida. .El 3% de los hogares, casi 32.000, aguanta con menos de 200 euros por persona. El doble que en 2008. Entre 200 y 300 euros está el 4,54%, por encima de los 46.500, donde el incremento en los últimos seis años fue del 61%, según los datos publicados ayer por el IGE. Hay 139.000, el 13,1%, que ingresa por cada uno de sus miembros entre 300 y 450 euros; otros 165.500, el 15,6%, están entre los 450 y los 600 euros; hasta los 900 llegan 336.740, casi uno de cada tres; el 23,6%, más de 250.100 hogares, suman entre 900 y 1.500 euros; y los que se embolsan más de 1.500 euros por persona representan el 8,6%, unos 91.000. Cifra récord después de un alza anual del 5%.

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