El caso de Manuela Baña es duro. Hace un año pidió un crédito de 200.000 euros para ampliar su explotación, pero desde abril la empresa a la que le vendía la leche no le paga. La deuda supera los 40.000 euros.

"Ya te puedes imaginar cómo podemos estar. Vender la leche y no cobrar y con una deuda de 200.000 euros. Lo peorcito de lo peorcito. Lo estamos pasando muy mal", se sincera esta ganadera de la parroquia de Alvite, en Negreira.

Cuenta con casi un centenar de vacas. La granja la heredó de sus padres. Trabaja en ella desde los 18 años. Ahora tiene 42. Reconoce que están tirando de los ahorros pero ya se están acabando. "¿Qué futuro tenemos? Malo, muy malo. Es una incertidumbre continua", se lamenta. No se plantea cerrar la explotación, porque, asegura, tienen que pagar la deuda, pero si pudiese retroceder un año no hubiese realizado la inversión. "Ahora mismo no puedo. Tenemos que luchar para sacarla adelante, porque es mucha deuda. Pero realmente no sé cómo será nuestro futuro", se cuestiona Manuela Baña.