Durante la última década la cifra de muertos en las carreteras gallegas ha descendido un 60%, pero el jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en la comunidad, Francisco Javier Molano, aspira a reducir a cero los siniestros causados por distracciones, consumo de alcohol o drogas o velocidad excesiva. "A los conductores que consumen: o van a un plan de tratamiento o ingresarán en prisión".

-En los últimos meses se han interceptado conductores de avanzada edad circulando en sentido contrario en autovías y autopistas de Galicia. ¿Dónde reforzarán los controles sobre este colectivo?

-En la actualidad los controles [de la Agrupación] son bastante estrictos. Se realizan controles todos los días, a todas horas. De igual forma, existe mucha movilidad, para impedir que la población pueda creer que tiene un cierto control sobre ellos, e incentive la conducción habiendo bebido o consumido drogas. Las irregularidades en la conducción de las personas de avanzada edad se debe en la mayoría de las ocasiones a sus condiciones psicofísicas, que en combinación con situaciones meteorológicas adversas, conducción nocturna o falta de familiaridad con ciertas carreteras o señalización, da lugar a situaciones tan peligrosas, como la de introducirse en sentido contrario por una autovía o autopista.

-Pero ya no se trata de los controles que hagan las patrullas, sino de cómo se realizan los exámenes psicotécnicos.

-Las pruebas, en cualquier lugar de España deben ser estrictas, si no estaremos poniendo en peligro a mayores y al resto de usuarios.

-Tráfico ha sometido a un plan de seguimiento a los conductores sin carné y multirreincidentes, unos 3.000 en la comunidad. ¿Qué resultados ha dado?

-El resultado es especialmente bueno. Por supuesto, es cada vez menos el número de conductores que han perdido el permiso o licencia de conducción, por pérdida de puntos o resolución judicial, y que se atreven a ponerse en carretera. El seguimiento de verificación de esa prohibición, es cada vez más conocida y eso facilita mucho la mejora de la seguridad vial. A pesar de ello, todavía hay mucho trabajo por hacer, y continuamos con esa estrategia de control de los "conductores de riesgo", entre los que se incluyen los sin carné y multirreincidentes.

-¿Qué hacer para atajar el elevado consumo de alcohol al volante en Galicia, que está entre las comunidades con más positivos?

-Por lo pronto, hay que impedir que quien tiene un problema de consumo de alcohol o drogas, coja el coche. Además, aquellos que además, tienen una dependencia de estas sustancias tóxicas deberían ser tratados para que su enfermedad no les obligue a conducir para satisfacer en ocasiones, esa sumisión al consumo de tóxicos. Desde el punto de vista policial trataremos que no eso no ocurra, pero evidentemente, el problema va más a allá del control de este colectivo de conductores. Si un conductor con dependencia del alcohol o las drogas no acepta someterse a un plan de rehabilitación, no queda otra que el ingreso en prisión.

-¿Qué excusas ponen los conductores cuando son sorprendidos con una copa de más?

-De lo más variopinto. Lo normal es que nunca confiesen lo que han bebido, sino que reducen su consumo a una cerveza o un vino. En la mayoría de las ocasiones se someten al control con la resignación de quien no ha actuado correctamente, pero entre las excusas más normales, está la de que cogió el coche "para un trayecto corto y ya iba a parar". Y que, por supuesto, "controla".

-¿Las multas de 1.000 euros por alcoholemia surtieron efecto para reducir infractores?

-Todo ayuda, pero lo más efectivo es retirar la autorización para conducir por cualquier motivo, administrativa, por pérdida de puntos, o judicial. En el caso de la sanción de 1.000 euros, además lleva aparejada una retirada de 6 puntos.

-Con los positivos en narcotest que tiene en la actualidad Galicia, ¿el consumo de drogas se convertirá en unos años en una de las principales lacras de la accidentalidad?

-El consumo de alcohol deberá reducirse y aflorará la realidad sobre el consumo de drogas y conducción en la medida que aumente la capacidad de control de esas sustancias. Con el tiempo, también se reducirá este último consumo, siendo una forma válida para reducir la ingesta de drogas en nuestra sociedad. El conductor deberá elegir entre consumir drogas o conducir, y esto último es casi imprescindible.

-¿En qué conductas hay que incidir reducir la siniestralidad?

-Debemos continuar con el control de la velocidad, consumos de alcohol y droga y uso de los sistemas de protección (retención y casco). Dentro de esto, hay que trabajar para concienciar sobre la necesidad de una convivencia pacífica entre conductor y peatón. Los conductores deben ajustarse a la velocidad de forma especial, en aquellos tramos donde existe un mayor peligro de existencia de peatones. Por otra parte, los peatones deben tratar de hacerse ver. Aconsejo que peatones y ciclistas siempre lleven puestas prendas de alta visibilidad aunque no sea obligatorio en ese momento. También veo muy adecuado que los vehículos lleven encendidas siempre las luces de cruce. Las distracciones nos preocupan mucho, y a través de vehículos camuflados, trataremos de corregir ese tipo de conductas que tanto está incidiendo en la accidentalidad.

-¿En qué medida influye el estado del vehículo?

-Hay muchos accidentes en los que fácilmente se puede ver que con un vehículo en mejor estado o con más medidas de seguridad, no habría dado lugar a consecuencias fatales. El estado de los vehículos, sobre todo en lo referente a los elementos de seguridad (frenos, neumáticos, dirección, alumbrado, etc.), es esencial. Muchas veces es difícil poder determinar qué incidencia tuvo en el accidente, pero influye decisivamente a la hora de reaccionar ante un evento inesperado.

-¿Y el estado de las carreteras, que por la crisis la inversión en mantenimiento se redujo?

-Las infraestructuras son el tercer factor de importancia que influye en la seguridad vial. Me consta que se está haciendo un esfuerzo importante por todas las administraciones y concesionarias para tener las carreteras en el mejor estado de seguridad, pero siempre es poco. Se prioriza sobre los tramos de mayor riesgo, y por tanto, de mayor urgencia. Por parte de la Guardia Civil, se hacen informes para aconsejar modificaciones necesarias. A pesar de todo, no debemos confiar en su totalidad en las infraestructuras para que nos "perdonen" nuestros accidentes. El conductor debe ajustarse y adaptarse al entorno en el que se mueve, meteorología, carreteras, posible existencia de peatones, animales... Es decir, que los usuarios tenemos que confiar principalmente en nuestro tipo de conducción. Es lo más seguro.