La salud también puede resentirse con la la crisis económica. Acudir al dentista o al psicólogo se ha convertido casi en un lujo para algunas familias. Más de 300.000 gallegos, el 12,5 por ciento, prescindieron en el último año de la atención dental que necesitaban. Y es que la consulta privada es habitualmente la única vía para solucionar determinados problemas bucodentales -el 90 por ciento acude un odontólogo fuera de la sanidad pública- y pagar sus tarifas no está al alcance de todos los gallegos. Pero además hay otras 31.000 personas que declaran haber renunciado también por motivos económicos a sentarse en el diván de un psiquiatra o un psicólogo pese a necesitarlo. Así lo refleja la Encuesta Europea sobre Salud, elaborada por el Ministerio de Sanidad, que mide la "inaccesibilidad a distintos tipos de atención sanitaria por motivos económicos".
Según los datos de este estudio, otras 81.000 personas declaran que no pudieron recibir atención médica en Galicia en el último año por motivos económicos, se trata de un 3,4 por ciento de los entrevistados, un porcentaje solo superado por Andalucía y Canarias. Aunque la asistencia sanitaria en España, salvo excepciones, es gratuita, el posterior desembolso en medicamentos al que pueden tener que hacer frente puede ser una de las razones que haya desmotivado a estos gallegos a acudir a una consulta médica. De hecho, el mismo estudio cifra en 143.000 los pacientes que declaran que no han podido comprar los fármacos recetados por no disponer de dinero suficiente.
Pero además hay determinados colectivos que pueden quedar fuera de la cobertura sanitaria pública y, por lo tanto, para los que pagar por ir al médico puede ser un obstáculo. Se trata sobre todo de inmigrantes, personas en situación de marginalidad, pero también de parados de larga duración que han dejado de cobrar un subsidio y no están inscritos como demandantes de empleo, así como estudiantes mayores de 26 años o autónomos que se hayan dado de baja en su actividad sin cobrar nunca el paro y que tampoco estén apuntados en el Inem.
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Es la primera vez que esta encuesta del Ministerio de Sanidad se analiza el impacto de las restricciones económicas en el acceso a la sanidad. En el anterior estudio, del año 2009, solo se preguntaba sobre los motivos para no acudir a un médico especialista y únicamente el 0,8 por ciento de la población gallega (2.400 personas) alegaban que no se lo podían permitir. Entre un estudio y otro no solo ha mediado una crisis que ha golpeado las economías de muchas familias sino el Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud que dejó fuera de la sanidad pública a los inmigrantes sin papeles y que también dejó sin tarjeta sanitaria a aquellos parados de larga duración que pasen más de 90 días en el extranjero. Además se incrementó el copago de medicamentos, algo de lo que se resintieron el 5,9 por ciento de los gallegos que declararon no comprar los medicamentos recetados por no disponer de dinero.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se había comprometido a ampliar la exención a este copago a unas cien mil personsa en Galicia. Sin embargo, esta medida tendrá que esperar hasta el próximo año.
En cualquier caso, las razones económicas no son las únicas que frenan el acceso a la sanidad pública. Según la encuesta del Ministerio de Sanidad, un 8,9 por ciento de los gallegos se queja de "demoras excesivas" e incluso de "inaccesibilidad" por culpa de las listas de espera. Y otros 11.000 gallegos reconocen dificultades para ir al médico por la distancia al centro de salud o la falta de transporte.
