De la vieja costumbre de que los hijos tomen prestado el nombre de los padres, abuelos, padrinos u otro familiar cercano por cuestiones de cariño o simple rutina generacional poco queda ya. Se acabaron la sociedades endogámicas en cuestiones de denominación, en las que no había un hogar sin una María o una Carmen, un Juan o un José. Lo más granado en el pasado del santoral. Los tiempos cambiaron también para eso y lo de cómo llamar al nuevo depende de las modas. De las tendencias. Y lo último en nombres para niñas es Noa. En niños, Martín.

Noa se coloca a la cabeza por segundo año consecutivo. Fue el nombre más elegido en 2013, en casi 300 nacimientos de niña; y repite en 2014, aunque algo menos, en 281. El 3% del total. Antes que ella, el primer lugar del ranking lo ocupaba Sara. Lo llevan 301 niñas nacidas en 2012 y cerca de 400 en 2011. Actualmente Sara está en la tercera posición, con un 2,5% del total. En el año 2000 no era precisamente una de las opciones más recurridas. La número 42, según el Instituto Galego de Estadística (IGE). Por entonces María todavía seguía imbatible. La preferencia del 5% de los padres de las niñas nacidas. Hoy está de décima.

En el caso de los chicos sí hubo novedades durante 2014. Hugo, que en 2013 estaba muy por encima del resto de alternativas -351 nacimientos-, pierde fuelle y baja al tercer lugar. Su posición dominante la ostenta en estos momentos Martín, cerca del 4% de los alumbramientos (394). Por detrás, Mateo, con 326. El podio hace década y media era para Pablo (4,2%), Adrián (3,7%) y David (3,5%).