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Juicio por un crimen que conmocionó a Galicia

Flecos del caso Asunta que no encajan

La prueba científica clave es la ingesta de Orfidal meses antes y la plena sedación el día de su muerte - El jurado debe decidir si fue "cosa de dos" y la implicación de cada uno

Basterra y Rosario con sus abogados, el letrado de la acusación popular y el fiscal. // Xoán Álvarez

¿Quién mató a Asunta y quién la sedaba los meses antes? Son las dos preguntas clave a las que tendrán que dar respuesta los miembros del jurado popular, tras casi un mes de juicio, pocas certezas, muchas contradicciones y tesis contrapuestas. Los padres son los dos y únicos acusados por la muerte de la pequeña el 21 de septiembre de 2013.

| Los meses antes. Ambos acusados expresaron en el juicio que desconocen quién la sedaba. No contestaron ni dieron ninguna pista sobre quién podía tener acceso a la niña para administrarle Orfidal los meses previos. "Eso quisiera saber yo", contestó Alfonso Basterra en un momento del juicio en el que se planteó el tema. Según la abogada de este, Belén Hospido, "no tenía por qué saber que sedaban a la niña", tras uno de los episodios del colegio, porque la profesora, cuando él la fue a buscar (Asunta había pasado la semana mal) "no se lo dijo". Hospido restó credibilidad al testimonio de la profesora de la escuela de música, también Aranguren, abogado de Rosario Porto, comentó que había testigos más reales y testigos que traían un papel preparado.

| Fiabilidad de los testimonios. Para el fiscal, Jorge Fernández de Aranguiz, y los abogados de la acusación popular, Ricardo Pérez y Rocío Beceiro, el testimonio de los profesores son muy fiables, hasta el punto de ser clave en este caso: "Asunta habló, dejó pistas, avisó de que le estaban dando polvos blancos y que la engañaban, que no le decían la verdad. Se lo dijo a profesoras y amigas. ¿Por qué? Porque, para su desgracia, ella misma se dio cuenta de que el peligro estaba en su casa, eran sus propios padres", argumentó la abogada de la acusación popular en su lectura final. Para la letrada Rocío Beceiro, también tiene mucho peso la declaración de Clara Baltar, la amiga de Asunta que asegura haber visto la tarde de los hechos a Alfonso Basterra y a su hija por el centro de Santiago. Para la abogada de Basterra, Clara "no miente, pero se equivoca de día". En todo caso, la acusación se hace una pregunta, si los padres no sabían que la sedaban y en varias clases se les comenta el malestar vivido por la niña durante la mañana "y que pasó dos días durmiendo, por ejemplo": "¿por qué no la llevaron al médico ninguna de las veces?", apuntó Beceiro.

| Compra de Orfidal. Basterra compraba los ansiolíticos para su exmujer, así lo constató en el juicio. A ella le pauta tratamiento el doctor Touriño el 30 de julio y aunque al psiquiatra le aseguró que antes de esa fecha no tomaba medicación "puede ser que tomase alguno ('orfidal') suelto", afirmó Porto en su declaración (en junio de 2013 tuvo un ingreso por depresión y el anterior había sido en 2009, donde el doctor pudo recetarle lorazepam). Hubo tres retiradas de Orfidal en julio de 2013, 125 pastillas en total. Y el 16 de septiembre, otra. Sumarían en total 175 'orfidales'. La abogada de Basterra asegura, sin embargo, que no fueron cuatro sino tres retiradas de Orfidal (se explicaría por unos desajustes en las recetas). Para Hospido, las 125 pastillas retiradas no supusieron "acopio" sino que las tomaría perfectamente Rosario: 101 hasta su entrada en prisión y 24 que se entregaron. Para la abogada de Basterra, "sería del género bobo hacer ensayos de sedación con la niña y luego llevarla a clase o pasearla por Santiago".

| Día 5 de julio: punto de inflexión. Para la acusación popular cuadran las fechas de la retirada de Orfidal con los episodios de sedación de la pequeña. "El día 5 de julio, el 17 de julio, el 22 y el 16 de septiembre", apuntó la letrada Beceiro. Para ella hay un antes y un después. Tras el ingreso de Rosario en la clínica Basterra la cuida, y también a Asunta, a cambio de que deje a su amante (con el que volvió a verse la víspera de la muerte de la niña, el 20 de septiembre). Habría un intento de hacerle daño a la pequeña la noche del día 5 de julio, que es el episodio del "hombre de negro que entra en casa" que narra Porto y que no denunció. "Al día siguiente la niña habla, dice que la intentaron matar, y la información sale del círculo familiar", de ahí el plan conjunto para matarla y los episodios de sedación, según la acusación popular.

| Evidencias. Lo que sí está claro y en este punto no caben dudas es que la niña estaba tomando Orfidal en los meses anteriores. Lo deja claro la mayor prueba a la que agarrarse en todo este caso, la autopsia y el análisis del cabello. Asunta tomaba lorazepam "entre tres y seis meses antes", según expertos en Toxicología que participaron en esta vista. Y el día de su fallecimiento el nivel de toxicidad en sangre era muy elevado: 0,55 microgramos/mililitro (dos tipos de ansiolítico, lorazepam y nordiazepam, ambos sedantes). Otras pruebas clave que dejó esta vista es la imagen grabada por la cámara de Galuresa, de Rosario Porto y Asunta en el Mercedes en dirección a Teo a las 18:20 de la tarde del día 21 de septiembre y, una hora antes, sobre las 17:20, Asunta caminando sola por la acera, supuestamente cuando salía de la casa de su padre de comer, unos minutos después pasa su madre. Según el experto de la Guardia Civil que analizó las cámaras, solo se puede decir que Rosario realizó un viaje (de ida y vuelta) y Asunta no regresaría de Teo. "Si regresara la habría visto", aseguró el agente, y en este punto se mostró rotundo.

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