El triste final de Asunta contrasta con un rasgo de su carácter que a lo largo de las siete sesiones de juicio ha salido reiteradamente a la luz: era una niña "bromista", a la que además le gustaba contar historias. Lo han afirmado explícitamente sus padres y una amiga de la familia de toda la vida, y lo han apuntado también su madrina, cuando relató cómo se escondía en el armario y se quedaba callada para tomarle el pelo o asustarla, o incluso una vecina de su inmueble, que explicó cómo a veces se colocaba junto a la puerta para que su perra ladrase y luego se iba por la escalera.

La última persona en destacar ese aspecto de su personalidad, ayer mismo, fue una niña de 14 años que era "muy amiga" suya desde los 3. La menor, que compareció por videoconferencia para su protección, restó importancia a un relato que le trasladó Asunta precisamente por creer que le hacía una gracia.

La niña, que describió de forma sintética a Asunta al ser preguntada solo con dos palabras, "muy feliz" y "bromista" (lo que desató las lágrimas de su madre), contó que la pequeña de los Basterra-Porto le había enviado un whatsapp en el que le contaba "hoy me intentaron matar". "Pero como era muy bromista, pensé que no era en serio". Luego, añadió, "nunca" volvieron a hablar del tema. El episodio al que aludió es el supuesto asalto que sufrió Asunta en la madrugada del 4 al 5 de julio, que ella misma narró también a la familia de una amiga cuando iba con ellos en coche a la playa. Ese asalto lo contó Porto en comisaría, pero no lo denunció por no "traumatizarla".

Teresa, amiga de los Porto que se consideraba "de la familia", también apuntó ayer que la última vez que habló con Asunta la vio "como siempre". Y añadió: "Era una niña bromista. A pesar de su gran inteligencia y madurez, en algunos aspectos era muy infantil y bromista".

También su padre, Alfonso Basterra, se refirió a esa faceta, y lo propio hizo su madre: "Mi hija era brillante, ingeniosa y bromeábamos mucho".

Incluso la directora de la escuela de música Play, donde una docente alertó de un episodio de intoxicación durante el mes de julio previo a su muerte, intentó recurrir a esa combinación entre niña "madura, pero también infantil y juguetona" para hacerle una "broma" para "romper el hielo" con ella cuando le trasladaron que la niña se mostraba indispuesta en clase. Solo que ese día, Asunta no le siguió el chiste y entonces se preocupó.