Ella, llorosa, vestida de negro y con un pañuelo blanco en la mano; él, en actitud reflexiva, con jersey azul y barba. Los padres adoptivos de la pequeña Asunta Basterra, cuyo cuerpo sin vida apareció en septiembre de 2012 en una pista forestal de Teo, se han vuelto a ver las caras en el juzgado de Santiago. Sentados en el banquillo una delante del otro -son los dos únicos acusados-, Rosario Basterra y Alfonso Basterra se encuentran hoy de nuevo -fue en julio la última vez que coincidieron con motivo de la vista en la que se les prorrogó la prisión provisional-.

Rosario, incapaz de contenerse, rompió a llorar en más de una ocasión a lo largo de la mañana, mientras Alfonso, más contenido, adoptaba una actitud más reflexiva.

Porto y Basterra llevan dos años en prisión preventiva por la muerte de la niña que adoptaron en China cuando aún no había cumplido un año y que hoy cumpliría quince. No obstante, y dado que uno está delante del otro, no podrán cruzar la mirada frente a frente a no ser que Rosario gire la cabeza. En concreto, Rosario Porto se mostró hasta ahora cabizbaja.

El abogado de Rosario Porto, José Luis Rodríguez Aranguren, llegó a los juzgados sobre las nueve menos diez de la mañana y avanzó ya entonces que no tiene intención de pedir la nulidad de la causa, aunque sí aportará "documentación que se había quedado en el tintero por error". El letrado no cree que hoy, jornada prevista para las alegaciones de las partes y la proposición de pruebas, dé tiempo a que uno de ellos (quién lo determinará el presidente del tribunal, Jorge Cid) pueda declarar. Aranguren argumentó que las gestiones previstas para hoy tomarán tiempo y que además los representantes legales de las diferentes partes tendrán que "explicar al jurado con palabras inteligibles sus escritos de calificación y el alcance de las pruebas" que solicitaron.

Aranguren también se refirió al estado de ánimo de su defendida desde la última vez que se vieron. Si entonces la encontró bien, hoy reconocía que ayer la conversación que mantuvo con ella fue "un poco menos buena".