Los juzgados compostelanos acogen hoy la primera jornada del juicio por el crimen de Asunta, en el que un tribunal de jurado popular buscará dirimir el grado de culpabilidad de los progenitores de la pequeña, Rosario Porto y Asunta Basterra, en su muerte.

Los dos acusados llegaron a las dependencias de la Audiencia Provincial de A Coruña, en Santiago, en torno a las nueve y cuarto de la mañana. Él en un furgón y ella en un turismo de la Guardia Civil. Los primeros e intensos minutos han obligado ya al jurado a reunirse, a instancias del presidente del tribunal, Jorge Cid, para dirimir su opinión sobre las "restricciones" informativas que las defensas solicitaron nada más empezar la sesión.

Porque tanto José Luis Rodríguez Aranguren, como Belén Hospido, solicitaron "restricciones informativas". Su meta, aclararon, no era que el juicio se celebrase a puerta cerrada pero sí evitar que pudieran utilizarse secuencias extraídas de la señal institucional que se facilita a la prensa. Hospido alegó que la difusión de secuencias de audio e imagen puede generar "un circo paralelo" con la emisión en diferido de extractos comentados por "expertos". Aranguren se refirió a que puedan utilizarse "notas". Hospido solicitó la no emisión de la señal institucional fuera del edificio y la "prohibición de la difusión en cualquier medio de comunicación". Ambos alegaron protección de la intimidad del jurado y prevención de su posible contaminación, además de que la publicidad de la sesión entra en conflicto con derechos fundamentales.

El fiscal, Jorge Fernández de Aránguiz, no se mostró partidario de limitar la difusión del juicio y defendió que el secreto se vincula a la instrucción del sumario pero que en el juicio oral procede la "publicidad", "luz y taquígrafos máxima", señaló. Por su parte, la acusación popular, ejercida por la Asociación Clara Campoamor, sugirió que el jurado se pronunciase, lo que provocó un receso para que deliberasen. Finalmente el juez rechazó la petición de las defensas.

Mientras, Porto y Basterra, que llevan dos años en prisión preventiva por la muerte de la niña que adoptaron en China cuando aún no había cumplido un año y que hoy cumpliría quince, se vieron las caras por primera vez en la sala después de que el pasado mes de julio, con ocasión de la vista en la que se les prorrogó la prisión provisional. No obstante, y dado que uno está delante del otro, no podrán cruzar la mirada frente a frente a no ser que Rosario gire la cabeza. En concreto, Rosario Porto, que se mostró hasta ahora cabizbaja, está situada delante y Alfonso Basterra, en actitud más reflexiva, detrás.

El abogado de Rosario Porto, José Luis Rodríguez Aranguren, llegó a los juzgados sobre las nueve menos diez de la mañana y avanzó ya entonces que no tiene intención de pedir la nulidad de la causa, aunque sí aportará "documentación que se había quedado en el tintero por error". El letrado no cree que hoy, jornada prevista para las alegaciones de las partes y la proposición de pruebas, dé tiempo a que uno de ellos (quién lo determinará el presidente del tribunal, Jorge Cid) pueda declarar. Aranguren argumentó que las gestiones previstas para hoy tomarán tiempo y que además los representantes legales de las diferentes partes tendrán que "explicar al jurado con palabras inteligibles sus escritos de calificación y el alcance de las pruebas" que solicitaron.

Aranguren también se refirió al estado de ánimo de su defendida desde la última vez que se vieron. Si entonces la encontró bien, hoy reconocía que ayer la conversación que mantuvo con ella fue "un poco menos buena".

Alegaciones y presentación de pruebas

En la sesión de esta mañana se leyeron los escritos de calificación. El fiscal, Jorge Fernández de Aránguiz, presentó al jurado cuál será el papel de los fiscales de manera didáctica. Explicó que será un "aspecto clave conocer la versión de los acusados" sobre qué hacía el lorazepam en el cuerpo de la menor el día de la muerte "y todos los episodios anteriores". También se pedirán explicaciones adicionales al laboratorio donde supuestamente se contaminó la camiseta de Asunta con semen.

Aránguiz sostiene que "en esencia esto fue cosa de los dos". Durante su exposición, el fiscal apuntó que Porto cambió su versión de que Asunta fue a casa con ella porque las cámaras así lo mostraron, la acusada negó con la cabeza. Como en otros momentos de la sesión, se mostró llorosa. Rosario, con un kleenex en la mano, miró atentamente al fiscal en su intervención e intercambió comentarios con su letrado.

Por su parte, la acusación popular insistió en que hechos "irrefutables" apuntan a que hubo "un plan premeditado" por parte de los padres de la menor. "Tan autor del asesinato es el que asfixia como aquel que ejecuta o realiza todos los hechos necesarios para que esa sofocación se produzca". Sobre el posible móvil, "puede compartir" la tesis del instructor de que la niña "les estorbaba".

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