El informe de Consello de Contas correspondiente al año 2012 supuso un toque de atención para el Ejecutivo que preside Alberto Núñez Feijóo, al alertar del "riesgo futuro" de los avales que el Igape había concedido a decenas de empresas para respaldar su financiación. Temía que el desplome económico se las acabase llevando por delante y la Xunta tuviese que hacer frente a sus deudas por haber intentado ayudarlas a mejorar su actividad. El riesgo alcanzaba los 294,5 millones de euros. En el último año, la cifra ha repuntado ligeramente respecto al cierre de 2014 hasta superar ligeramente los 145 millones, tres millones más que entonces.

La administración autonómica ha intentado minimizar su exposición en los últimos años y ha ido restringiendo el respaldo a préstamos empresariales. El año pasado, solo accedió a seis peticiones por apenas 885.000 euros frente a los 2,1 millones de 2013.

Durante el primer trimestre del presente ejercicio el riesgo se situó en 145,2 millones, de acuerdo con los datos oficiales de la Consellería de Economía e Industria. En el inicio del año, además, el departamento dirigido por Francisco Conde no concedió ningún nuevo aval a través del Instituto Galego de Promoción Económica.