"Irresponsable"

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"Irresponsable"
Un día después de las duras críticas de la portavoz de AGE, Yolanda Díaz, a la Xunta por los incendios, el PP respondía con igual contundencia. Si Yolanda Díaz acusaba a los populares de "encender la mecha" al abrir la puerta a la recalificación de suelos quemados, el portavoz del PPdeG, Miguel Tellado le acusaba de unas declaraciones "insidiosas e irresponsables" con las que busca "hacer oposición en colaboración con los incendiarios" .
Miguel Tellado pidió a la oposición que "arrime el hombro y no siembre dudas" y a los alcaldes, cuestionados desde Medio Rural por no limpiar los montes, intentó calmarlos, asegurando que la Xunta solo les recuerda su labor.
El 80% de las parcelas forestales en Galicia tienen menos de media hectárea de extensión (5.000 metros cuadrados). El minifundismo que caracteriza el mapa forestal gallego lastra su desarrollo, pese a que Europa prevé que aumente la escasez de madera y busca nuevos bosques que explotar. El exagerado fraccionamiento del suelo forestal es uno de los múltiples factores que ayudan a explicar la ola de incendios que un verano sí y otro también arrasan miles de hectáreas. Ya van más de seis mil en lo que va de año. Las fincas cuánto más pequeñas, menos rentables resultan de explotar, y, en consecuencia, se abandonan, explican los expertos. Entonces crece el matorral y la virulencia de los fuegos se multiplica.
Los datos oficiales apuntan que 672.000 gallegos, que suponen el 30% de los mayores de 18 años tienen un trozo de monte en la comunidad, pero poco más. Son dueños de una media de dos hectáreas, pero además repartidas entre tres parcelas. Es difícil sacarles rentabilidad, cuando el tractor no es capaz de llegar a la finca para limpiarla y cortar la madera, o los herederos son incapaces de localizar las parcelas de sus padres ya fallecidos.
"Hay que afrontar la lucha para superar la elevada fragmentación de la propiedad, revertir el abandono de las tierras, fomentar la gestión agrupada y mejorar las condiciones de producción" , propugnaba el Foro Económico de Galicia, en un informe presentado el pasado mes de febrero. Vuelve a la actualidad tras un fin de semana en que ardieron más de mil hectáreas. en 140 incendios.
Las cifras oficiales del minifundismo escandalizan, pero Juan Picos, ingeniero forestal y autor del informe, advierte de que son más elevadas. Puede haber más de 700.000 dueños del monte gallego porque las estadísticas se hacen a partir del catastro, y hay casos no actualizados y montes que ahora son de varios herederos.
También explica que aunque los informes oficiales apuntan a que el 30% de la superficie forestal en Galicia, más de 606.000 hectáreas, está abandonada, el número puede incrementarse. "Podemos tardar diez o quince años en darnos cuenta de que un monte está descuidado", observa.
"Hay expropiaciones en las que nadie ha reclamado la propiedad y el dinero correspondiente", comenta como ejemplo que ilustra el poco valor que se le da la monte en Galicia.
"La mayor parte del suelo forestal gallego no consta en los registros de propiedad y su información catastral, pese a ser su inscripción obligatoria y gratuita, tiene grandes carencias", sostiene el profesor de Ingeniería Forestal en la Universidad de Vigo, quien reclama que se apueste por la potencialidad económica del monte.
"El 10% de las familias gallegas reciben cada año algo del monte", con la venta de la madera. "No les saca de pobres, pero es una ayuda", apunta Picos. Son 70.000 familias, según los datos de Confemadera Galicia, los que el año pasado cortaron madera. Ingresaron 280 millones de euros, cuatro mil euros de media.
Incentivos
Con la crisis, el número de gallegos que volvió la vista hacia el monte como hucha de ahorros se incrementó. Son un 75% más que en 2010, cuando eran 40.000. Podrían ser muchos más, si supieran como gestionar el monte y si además la actividad estuviese incentivada o subvencionada, apunta el académico.
"No puede ser que desgraves por un plan de pensiones pero no por invertir en el monte", reflexiona Picos. El monte necesita recursos y que se crea en sus posibilidades. "A nadie se le ocurriría restar millones al presupuesto de Pesca para afrontar la crisis del Prestige, o restar de las ayudas al sector de la automoción el gasto que suponen los accidentes de tráfico, sin embargo, en el rural se da por bueno que el presupuesto para el fomento del sector merme porque hay que gastar el dinero en apagar los fuegos", razona Picos. "Aquí se cuestiona a los políticos por qué han ardido veinte mil hectáreas, pero no por qué no ha plantado veinte mil hectáreas", expone.
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