Un día antes de lo habitual, como ocurría el año pasado para conmemorar la tragedia de Angrois, acaban de entregarse las Medallas de Oro de Galicia, un contexto que sirvió al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para subrayar que lo que permitió a Galicia "levantarse y despertar" fue la "suma de muchos nadies", en alusión a Balbino, el protagonista de la novela de Neira Vilas, uno de los galardonados, "Memorias dun neno labrego". El máximo mandatario autonómico destacó que ese camino se hizo "sin luchas y sin amargura y juntos" y que la "clave de nuestros éxitos más recientes no está en la división". "Conviene que lo recordemos porque antes y ahora sucumbir a la tentación de fragmentarnos solo podría conducirnos a un funesto desenlace", argumentó. En esa misma línea, Feijóo finalizó su intervención enfatizando que la Galicia "de hoy es el resultado de querer avanzar con otros, nunca contra otros".

En el acto, donde se guardó un minuto de silencio en homenaje a quienes perdieron la vida hace dos años en el siniestro de Angrois, como ocurrió en el caso de uno de los galardonados, el periodista Enrique Beotas, los homenajeados, como su esposa Ana Campos, que recogió la Medalla en su nombre, el piragüista David Cal, el oftalmólogo Manuel Sánchez Salorio y el escritor Xosé Neira Vilas, agradecieron el reconocimiento otorgado por la Xunta y, en el caso de Cal, enviaron un pésame a los familiares del fallecido Dani Rivas. Neira Vilas, por su parte, destacó el importante papel que la emigración jugó para Galicia, aunque también, añadió, fue una "sangría".

Al encuentro, celebrado en la Cidade da Cultura, en Santiago, acudieron los conselleiros, el delegado del Gobierno, la presidenta del Parlamento, el presidente del Consejo de Estado, los portavoces de los grupos parlamentarios, numerosas autoridades militares, religiosas y académicas y los alcaldes de Lugo, A Coruña y Ourense. Precisamente la ausencia de Martiño Noriega, regidor compostelano, fue criticada tanto por el exalcalde de la ciudad, Agustín Hernández, quien lo consideró un "error", como por el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, quien señaló que " el respeto institucional está por encima de cualquier postura personal" y que "cuando uno es alcalde, representa a todos sus vecinos, no a unos pocos nada más ni sobre todo se representa solo a sí mismo".

Rueda también se pronunció sobre las víctimas de Angrois. El número dos del Gobierno gallego explicó que "el reconocimiento que se hizo a uno de los fallecidos es también un reconocimiento, un recuerdo, a todas las víctimas de ese trágico accidente, también de sus familiares", y añadió que ahora la justicia "es la que tiene que actuar y está actuando para determinar responsabilidades".