Cambio de siglas en la Diputación de Lugo. Las negociaciones contra reloj de los socialistas para evitar que el PP reconquistase tras ocho años de poder la corporación provincial solo sirvieron para poner patas arriba el PSdeG. Tras 48 horas de conversaciones para tratar de forzar la renuncia del candidato socialista, el alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, vetado por el BNG por estar imputado, fue el propio regidor el que con su voto entregó la Presidencia al PP. La rebelión del diputado socialista a la hora de la votación en el pleno de investidura celebrado ayer se produjo ante quien presidió la Diputación de Lugo durante los últimos ocho años, el ahora líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, que todavía no ha aclarado si abrirá expediente de expulsión al alcalde de Becerreá.

Fue una mañana de infarto. Negociaciones a primera hora entre los socialistas para presentar en la sesión plenaria de mediodía un candidato que lograse el respaldo de los nacionalistas y un pleno lleno de tensiones y errores que echaron al traste la reedición de un tercer bipartito. De tener al alcance tres diputaciones con un pacto de izquierdas (Lugo, Pontevedra y A Coruña), el PSdeG perdió ayer la primera que estaba en juego. La popular Elena Candia, alcaldesa de Mondoñedo, fue investida presidenta de la corporación provincial lucense tras dos votaciones gracias a los apoyos de sus 12 compañeros de partido y a que el ya excandidato socialista Manuel Martínez rompió la disciplina de voto -en la primera se votó a sí mismo y en la segunda en blanco-. El empate en votos entre los populares y las dos formaciones de izquierdas dejó el sillón de San Marcos en manos de la fuerza más votada en la provincia en las elecciones municipales del 24-M: el PP

La crónica que se esperaba cerrar con un pacto entre PSdeG y BNG comenzaba a primera hora con una reunión de urgencia de los diputados socialistas en Lugo para tratar de convencer al candidato imputado de que se echase a un lado. Pocos minutos antes del inicio del pleno, el PSOE hizo público un comunicado en el que informaba de que el nombre que el partido iba a proponer como aspirante a la Presidencia de la Diputación era el alcalde de A Pontenova, Darío Campos, para así poder mantener el bipartito. Esa orden, según informó con posterioridad Besteiro, llegó desde el Comité Federal de Listas del PSOE, a pesar de que Martínez había sido elegido como candidato.

El guión se hizo pedazos cuando en el recuento de la primera votación se comprobó que había 12 votos a favor de la alcaldesa de Mondoñedo y otros 12 para el regidor de A Pontenova, además de uno a favor del ya excandidato socialista, emitido por el propio Martínez. En la segunda ronda para deshacer el empate, el resultado solo varió en el voto del alcalde de Becerreá, que lo hizo en blanco. Con la popular Candia investida como presidenta y prometiendo "gobernar para todos", Martínez, que hoy tiene previsto comparecer en la sede del PSOE de Lugo, abandonaba el salón de plenos sin querer hacer declaraciones a los medios.

"Desastre", "golpe durísimo", "quiebra de liderazgo", "situación muy delicada y de extrema debilidad", "pérdida de autoridad moral"... Son algunas de las reacciones de dirigentes socialistas a lo ocurrido ayer en la Diputación de Lugo, que no daban crédito al resultado de la votación y que, en parte, atribuían a cómo se llevaron las negociaciones por parte de la dirección autonómica. Que Besteiro haya sufrido este varapalo en su "casa", advierten, ha dejado al partido en una situación "debilitada" que evidencia la "quiebra de liderazgo" de su secretario xeral. Fuentes próximas a Besteiro sostienen, sin embargo, que el partido "está más unido que nunca" y que "no haber presentado una alternativa" al alcalde de Becerreá hubiera tenido "un mayor coste". La "conmoción", según advierten dirigentes socialistas, transciende a Lugo, y ayer se palpaba en A Coruña y Pontevedra, donde ahora toca negociar con el BNG. Después de haber dejado al PP fuera de las principales ciudades, los socialistas esperaban hacerse con las tres diputaciones, lo que dejaría en un situación muy delicada al PP de Feijóo a un año de las elecciones autonómicas. Sin embargo lo ocurrido en Lugo, reequilibra en parte el escenario, y deja a Besteiro en un posición "debilitada".