Tras casi dos años de ausencia de la vacuna en las farmacias, con el consiguiente aumento de casos de varicela en niños y la "alarma social generada", expertos y progenitores respiran aliviados ante el anuncio del ministro de incluir la inyección en el calendario para bebés, una victoria lograda, como la de la meningitis B, tras una movilización social que aún no ha acabado.

Aunque el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, mostró ante los pediatras, los primeros en reclamar la vacuna de la varicela en los bebés, su compromiso para que la inyección se incluya en el calendario común en la primera infancia, aún tiene que trasladarle la propuesta a las comunidades autónomas que se sientan en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y esta misma semana la Xunta no se mostraba partidaria de modificar el sistema con el que lleva operando desde que se implantó la inyección en su programa infantil: inmunizar a los niños a los 12 años siempre que no hubieran contraído una enfermedad que, según los pediatras, suele tocarles pasar antes de esa edad.

Con todo, el anuncio del máximo responsable de Sanidad del Gobierno ha sido recibido ya "muy positivamente" por los expertos y los progenitores, cuya presión, junto a los datos epidemiológicos que mostraron, como en el caso de Galicia, repuntes de la enfermedad de hasta el 40% y más de 3.200 casos solo hasta mayo, sirvió para que el Ejecutivo dé su brazo a torcer como ya ocurrió hace un par de semanas con la vacuna de la meningitis B, cuando avanzó su autorización para la venta en farmacias si hay prescripción y tras las reivindicaciones de la Xunta en esa línea.

Sin embargo, en el caso de la varicela, Sanidade (que ayer no se pronunció sobre cuál será su postura en el Consejo Interterritorial) no está tras las movilizaciones de firmas y razones científicas que han convenido al Ministerio. A través de las campañas en change.org, más de 108.000 ciudadanos manifestaron su voluntad de que, al menos, la vacuna de la varicela se vendiese en las farmacias españolas, lo que evitaría un "turismo vacunal" que, además de gasto extra para las familias, conlleva una posible adulteración del fármaco antes de su administración. En todo caso, al incluirla en el calendario en bebés -como hizo Navarra por su cuenta durante estos años-, se satisfacen también las demandas de los padres que denunciaban que su distribución en las boticas limitaba su difusión entre los ciudadanos con menos recursos.

Para los profesionales sanitarios, sin embargo, las reclamaciones no acaban aquí. Desde la Asociación Española de Pediatría, aparte de "la incertidumbre de saber cuándo y cómo será implantada la medida", tienen otra petición de la que se hacen eco los padres (más de 13.000 en Galicia): que la inyección del meningococo B se incluya en los calendarios vacunales financiados.

Y el debate sobre las vacunas, tras la aparición de un caso de difteria en Girona en un niño que sus padres habían decidido no vacunar, aún trae cola. Más de 91.000 firmantes exigen a través de change.org al Ministerio que el calendario vacunal en niños sea de obligado cumplimiento.