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El estallido de la burbuja inmobiliaria arrastró a las cuatro Xestures provinciales -organismos encargados de gestionar el suelo público en Galicia- al borde de la quiebra. Los ambiciosos planes de desarrollo de parques empresariales, costeados con cargo a préstamos bancarios, naufragaron y dejaron a estas sociedades públicas endeudadas y con millones de metros cuadrados de suelo industrial sin vender. El Gobierno de Feijóo decidió integrar a las cuatro entidades en una única Xestur y reflotar sus cuentas. Sin embargo, en su primer año de actividad, tras la fusión, Xestur presentó pérdidas por 15,3 millones de euros. Además debe afrontar vencimientos de deuda hasta 2021 que suman 238,9 millones de euros -solo en 2015 deberá pagar 47,2 millones-. La Xunta, a través del Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS), tuvo que aportar capital ya en 2014 a este organismo, 32 millones de euros, y este año volverá a inyectar otros 31 millones.
En todo caso, en sus cuentas anuales Xestur vaticina que la evolución de la sociedad será "positiva en la medida en que mejore el mercado inmobiliario y la financiación bancaria deje de ser tan restrictiva".Sin embargo, a pesar de la mejoría de la demanda y del crédito, el informe de cuentas advierte que el grado de incertidumbre que afronta la entidad "va a ser elevado".
La primera medida que se adoptó para salvar a las cuatro Xestures de la quiebra fue pedir un préstamos en 2013 por 180,8 millones de euros hasta 2021 que se repartieron de forma proporcional las administraciones que forman parte de su accionariado: la Xunta y las cuatro diputaciones provinciales.
De este préstamo ya se amortizó 22,6 millones de euros en 2014 pero este año Xestur tendrá que pagar otros 34,6 millones de euros. En suma, su deuda con los bancos en los próximos seis años asciende a 173,7 millones, una cifra a la que hay que sumar lo que debe a sus acreedores comerciales, otros 65,2 millones de euros, de los cuales 12,5 tendrá que abonarlos ya en 2015.
El problema para afrontar el pago de estas deudas es la caída en el volumen de negocios generado por el suelo empresarial. En solo un año sus ingresos por ventas o alquileres de parcelas se han reducido en un 58 por ciento pasando de los 16,4 millones obtenidos en 2013 a los solo 6,9 generados el pasado año. Esto fuerza a la Xunta a realizar aportaciones de capital a Xestur para garantizar su estabilidad económica futura, que suman ya 63 millones de euros en dos años.
Una de las consecuencias de la crisis económica para Xestur fue la paralización de todas las obras y proyectos en curso. Y en las cuentas de esta entidad se advierte que "será difícil continuar" con estos planes "en tanto no mejore el panorama económico". Esto supone que continuarán en stand by un total de 23 promociones de parques empresariales, valorados en 126,3 millones de euros. Entre ellos, se incluyen seis en Pontevedra (Lalín 4, Poio, Tomiño, Naves Modulares de A Reigosa, Naves Modulares de Mos y el Centro Integrado SS Mos).
En conjunto, el patrimonio de Xestur en suelo industrial está valorado (incluyendo los parques acabados y los que están en proyecto) en 325,9 millones de euros.
