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¿Vacunarse en la farmacia?

Los farmacéuticos de Pontevedra lanzan la propuesta de administrar la vacuna contra al gripe. Cobrarían al Sergas hasta 9 euros por hacerlo

Una enfermera vacuna contra la gripe a una mujer, en Ourense. // Iñaki Osorio

La Consellería de Sanidade estudia una propuesta del Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra para que se pueda vacunar contra la gripe en las boticas. La medida, sin embargo, podría entrañar un conflicto con el colectivo de médicos y enfermeros que advierten que ellos son los únicos profesionales habilitados para administrar la vacuna y alertan de que se trataría de un caso de intrusismo profesional. Las oficinas de farmacia, sin embargo, argumentan que este servicio podría servir para aumentar las tasas de vacunación entre la población, que precisamente en la campaña pasada fueron muy bajas -solo se vacunaron el 52 por ciento de los mayores de 65 años cuando lo recomendable es superar el 65 por ciento-. Esto derivó en un importante pico de gripe que saturó las urgencias hospitalarias en Galicia. El Sergas se comprometió, de hecho, a revisar las futuras campañas de vacunación e incluso anunció que llamaría a los pacientes más vulnerables para "persuadirlos" de que se vacunen.

Los farmacéuticos de Pontevedra alegan que las boticas son más accesibles, próximas y tienen una mayor disponibilidad horaria, lo que contribuiría a aumentar la tasa de vacunación. Su propuesta, según informa el Correo Farmacéutico, se podría articular de dos maneras diferentes. Una opción es que el Sergas realice la compra centralizada de las vacunas para proveer después a las farmacias, que recibirían 9 euros por la aplicación de cada tratamiento. La segunda alternativa es que las boticas compren la vacuna y la dispensen, reservándose un margen de beneficios más seis euros que cobrarían a la Xunta por su administración.

La propuesta fue enviada el pasado mes al Sergas, quien confirma que han recibido el documento y que lo están valorando. Las farmacias de la provincia defienden que la Ley de Ordenación Farmacéutica define a las boticas como "establecimientos sanitarios de interés público, integrado en la atención primaria" y que, entre sus funciones, establece la colaboración en programas de salud pública instaurados por la autoridad sanitaria.

El documento señala que en la última campaña de vacunación en las áreas sanitarias de Pontevedra y Vigo no se cubrió el 50 por ciento de la población de 65 años o más. "Al no acudir el paciente con la misma frecuencia al centro de salud para renovar recetas o para consulta médica, no tiene el mismo contacto con los profesionales sanitarios de atención primaria, por lo que el impacto de la educación sanitaria o de los recursos destinados a publicidad en los centros de salud pierde eficacia", y, por tanto, "no se consiguen los niveles de vacunación y de inmunización deseables", añade el texto remitido al Sergas.

Y entre sus argumentos alegan que en otros países como Canadá, Estados Unidos, Reino Unido o Portugal las farmacias ya vacunan contra la gripe.

En su plan explican que habría una fase preliminar en la que se firmaría un convenio de colaboración entre el Sergas y los colegios farmacéuticos. Según aclaran, la adhesión a este programa por parte de las boticas gallegas sería voluntario. Luego habría que ofrecer formación específica a los farmacéuticos sobre manipulación y administración de vacunas e informar a la población sobre esta alternativa.

En una segunda fase se trataría de "detectar a la población diana entre los usuarios de farmacia" y concienciarlos de "la eficacia, efectividad y beneficios de la vacunación". Finalmente, se administraría la vacuna y se dejaría constancia en un registro electrónico.

El Consello Galego de Colegio de Médicos se reunió ayer para abordar esta propuesta que los farmacéuticos le remitieron, al igual que a los colegios de enfermería de Galicia. De entrada, sin embargo, los facultativos de Pontevedra ya mostraron su rechazo. Su presidente, Luis Villarino, da tres razones. Por un lado, la vacuna, aunque excepcionalmente, puede provocar efectos adversos como broncoespasmos y, en este caso, es mejor que se produzca en un entorno controlado como un centro de salud con personal médico para abordar las posibles complicaciones.

Por otra parte, advierten que el plan de las boticas tiene difícil encaje legal. Los médicos y los enfermeros son los únicos habilitados por ley para administrar vacunas. Villarino se pregunta también si sería la farmacia la que prescribiría el tratamiento puesto que estos establecimientos no están autorizados a recetar medicamentos.

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