El reciente análisis de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que derivó en la supermulta de 88 millones de euros a las principales industrias del país por el pacto de precios y el intercambio de información "estratégica" para neutralizar la libertad de venta de los ganaderos, especialmente los de Galicia, Cataluña y Asturias, dejó de lado las relaciones con el tercer gran eslabón que son los distribuidores. Pese a que los productores insisten una y otra vez en denunciar que son todopoderosos para desplomar el valor del producto. La Ley de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria aprobada por el Gobierno el pasado mes de febrero incluye el impulso a un código de buenas prácticas para, precisamente, reequilibrar las fuerzas en la relación entre los tres operadores. Un total de 36 cláusulas, en manos ya de los ejecutivos regionales y las patronales para consensuar la redacción final y que apela, entre otras medidas, a finiquitar el uso de la leche y otros "productos básicos" como gancho comercial. Los llamados "artículos reclamo". Aquellos de elevado consumo, sobre los que las compañías aprietan los precios para afianzar clientela. ¿Llega su final? El código de buenas prácticas es voluntario. Solo tendrán que cumplirlo las firmas que se adhieran a él.
Entre los "principios" que inspiran el código figura la petición expresa tanto a transformadores como a cadenas comerciales de "fomentar" instrumentos que "permitan garantizar la sostenibilidad del sector primario y retribuir, de manera proporcionada, el valor que aportan las producciones agrarias". En un borrador anterior, la propuesta del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente era mucho más global, con la necesidad de pensar "siempre" en "los intereses de los consumidores" y "la sostenibilidad general de la cadena alimentaria en sus relaciones entre empresas". La relación entre todos los participantes en las diferentes fases por las que camina un alimento "se ajustarán al principio de lealtad", "interés mutuo", "equidad", "compromiso" y "confianza".
El apartado dedicado a las "actividades de promoción" fija la prohibición de emplear los alimentos "como producto reclamo". "Los operadores adheridos no realizarán campañas basadas en el regalo de alimentos básicos", detalla.
El código recoge, además, la creación de un mecanismo de resolución de conflictos por parte de las grandes empresas con sus proveedores y un margen de 15 días antes de pasar a la mediación o el arbitraje.
"Desde la Xunta consideramos beneficiosa la publicación de este acuerdo, ya que contribuye al fortalecimiento de los sectores alimentarios como el lácteo y a una relación contractual equilibrada y transparente entre los diferentes componentes de la cadena de la leche. Por lo tanto favorecerá los intereses de los operadores de la cadena que decidan acogerse a él", destaca la Consellería de Medio Rural e do Mar, uno de los agentes que está colaborando "de forma activa" en su diseño.
Sobre la situación del sector hablarán hoy, precisamente, Medio Rural y los tres sindicatos del sector primario en Galicia. En Unións Agrarias (UUAA) son muy escépticos con el código por "la demasiada experiencia negativa". "Estamos acostumbrados a que no se cumpla ni la ley", asegura Javier Iglesias, secretario de Asuntos Económicos e Área Interna del sindicato. "Ya se intentó en 2013 a través de un acuerdo entre la industria y algunas organizaciones -recuerda- y no se está traduciendo en nada". El fin de la leche como producto reclamo sería, "sin duda", un paso adelante, según UUAA destaca que en estos momentos hay una distribuidora que incluye en producto en una lista de 70 "para las que entrega un vale descuento del 50%". "Así se da la sensación de que no se vende por debajo del coste, que es ilegal -señala- aunque en el fondo se está haciendo".
En el encuentro los sindicatos trasladarán a la consellería la advertencia de que se está deslocalizando producción láctea hacia comunidades como "Andalucía y Castilla-La Mancha". "No sabemos si como una estrategia a largo plazo o por otro tipo de connotaciones, mientras aquí se frena la producción", lamenta Iglesias. Las organizaciones reclamarán a la Xunta "esfuerzos" para afianzar industria de transformación aquí. "Tenemos un importante hueco -añade- con la elaboración, por ejemplo, de quesos".
