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Padres en guerra contra las bacterias y el Gobierno

Unos luchan para que Sanidad facilite la vacuna de la meningitis B y el temor empuja a otros a comprarla en Portugal o acudir a centros privados

Padres de Arteixo, entre ellos Mar Golpe (la que sujeta la pancarta, a la derecha, arriba). // 13fotos

Mientras el Ministerio de Sanidad, y pese a la postura en contra de la Xunta, sigue sin permitir la comercialización libre en las boticas españolas de la vacuna contra la meningitis B, reservando su dispensación en hospitales y a grupos de riesgo, algunos padres gallegos no se han quedado de brazos cruzados. No todos cruzaron el Miño. Algunos optaron por acudir a un centro privado en Galicia. Como María, nombre supuesto, una madre de dos gemelas y otro niño menores de tres años, quien decidió "prescindir de otras cosas" para conseguir que sus hijos estén vacunados contra el serotipo B de la meninigitis: "Prefiero ponerles la vacuna. Ya lo hice con la de la varicela. No sé qué puede pasar si no", alega.

"Hablas con los pediatras y todos te dicen que les pongas la vacuna y te buscas la vida en donde sea", afirma. María ya tiene cita en la clínica Concheiro, de Vigo, en donde tendrá que abonar el coste de seis dosis, dos por niño, y a un precio superior al que pagaría por comprarla en Portugal (donde cada toma pasa de 95 euros). Pero no le importa. El país luso no le parece una opción. Los pediatras advierten de los riesgos: se puede romper la cadena de frío, y esa es la razón que da para buscar una alternativa: "Preferimos ver cómo la sacan de la nevera y se la ponen en el momento".

No obstante, María concede que "hay gente que a lo mejor no puede ni prescindir de algo para permitirse pagar por la vacuna", por lo que aboga por incluirla en el calendario infantil: "Sería lo mejor. Si ahora tenemos esa medida de prevención, ¿por qué no usarla?". Sobre todo, apunta, "porque luego lo gastas en la medicación al tratar a esos niños". Que además pueden morir o sufrir secuelas muy graves, avisan los pediatras.

Mar Golpe (Arteixo) tampoco ha ido al vecino país luso a por la vacuna de su hijo de diez años. No quiere vacunarlo de forma "furtiva", sino que lucha por obtener el visto bueno de Sanidad junto a otros padres de su concello. "¿Quieren que haya un tráfico de medicamentos, como un país tercermundista?", se pregunta. "Si hay una vacuna contra una enfermedad con secuelas muy graves, no veo lógico que el ministro la niegue", asegura. "No vamos a parar hasta conseguir que la pongan, sea como sea", advierte, aunque preferiría que estuviese en el calendario infantil y accesible a todos.

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