El Colegio de Farmacéuticos de Ourense se rebela contra el proyecto del Sergas de que estos fármacos contra el cáncer dejen de venderse en farmacias. Su decano, Vicente Jairo Álvarez, explica que se dificulta el acceso de los pacientes a estos medicamentos y además contribuye a empeorar la delicada situación económica de algunas boticas.

-¿Por qué no les ha gustado el programa del Sergas de dispensar estos medicamentos contra el cáncer de próstata directamente en centros de salud?

-No podemos aceptar sin más ni más que la venta de fármacos se desvíe a otros canales. El Ministerio de Sanidad establece que estos fármacos deben suministrarse en farmacias y lo que hace el Sergas para justificar que sean dispensados en centros de salud es un programa protocolorizado que inician de forma piloto en Ourense y que quieren extender al resto de Galicia.

-¿Recortará esta medida los beneficios de las farmacias?

-Se trata de unos fármacos muy caros, donde nosotros tenemos unos márgenes de beneficio que son mínimos. Lo que nos preocupa ahora es que va a pasar con todo el stock que tenemos. Si no nos recogen esos medicamentos vamos a perder dinero.

-Pero, ¿les perjudica hasta el punto de amenazar su viabilidad?

-Es otra gota más. Y en breve el vaso se va a desbordar. Esto no ayuda a la situación de insostenibilidad que arrastran las farmacias en la provincia. Vivimos una situación crítica y algunas están al borde de la desaparición y por encima nos siguen recortando financiación farmacéutica. Pero también pone en peligro la accesibilidad de los pacientes a los medicamentos, especialmente de las personas mayores que viven en el rural.

-¿Por qué?

-El 99,9% de los ciudadanos tienen una farmacia en el lugar donde viven. Dicen que el medicamento se suministrará en centros de salud, pero tendremos que ver cómo se articula porque solo los centros de salud con farmacéutico pueden hacer eso y en Galicia son muy pocos. Eso va a suponer desplazamientos innecesarios de los pacientes.