Ni una subvención para investigar dónde fueron paseados miles de gallegos durante el franquismo ni para abrir las centenares de fosas en las que yacen sus restos. Gobierno y Xunta enterraron la política de fomentar con fondos públicos la memoria histórica y no dejan partida alguna en sus presupuestos para financiar la exhumación de las tumbas que la dictadura abrió en las tapias de los cementerios, las cunetas y los montes.

Los voluntarios de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), grupo originario del Bierzo leonés promotor de las primeras exhumaciones del franquismo en España, trabaja desde 2011 sin ayudas públicas. Un premio de 100.000 dólares les permitirá mantener abierto su laboratorio de identificación en Ponferrada y continuar con su actividad.

El presidente de la ARHM, Emilio Silva, acudió el fin de semana a Nueva York a le entrega del galardón ALBA/Puffin al Activismo en Derechos Humanos. Silva lamenta que desde España no se reciban ayudas y que "tengan que ser los organismos internacionales" los que reconozcan y premien su labor.

Durante sus quince años de trabajo voluntario, la ARMH ha abierto un total de 171 fosas en España, casi una veintena en Galicia -diez en Lugo, cuatro en Pontevedra, dos en A Coruña y una en Ourense- y han puesto nombre a más de 1.300 cuerpos, aproximadamente un 8% de los más de 114.000 desparecidos. De ellos más de medio centenar fueron identificados en exhumaciones realizadas en la comunidad gallega. A esta cifra hay que sumar otras 75 búsquedas sin éxito por todo el territorio nacional, diez en Galicia.