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Las dificultades para conciliar vida familiar y laboral obligan a 12.000 niños a "madrugar"

Las horas que los niños dedican fuera del colegio al aprendizaje se suman a las que consumen en el propio centro. No solo en las clases propiamente dichas, sino también en las aulas de refuerzo, las actividades extraescolares, el comedor... Pero esas jornadas no se acaban ahí para 12.006 menores gallegos con edades comprendidas entre los 3 y los 12 años, casi seis de cada cien de los que están escolarizados en esa franja de edad, que se ven obligados a "fichar" antes en la escuela. Son los que se acogen al servicio de guardería denominado "Madrugares", que permite que progenitores con dificultades para conciliar vida familiar y laboral puedan llevar a sus hijos a los centros desde primera hora de la mañana, antes del inicio de las clases.

Aunque el precio de este servicio -que pueden incluir el desayuno- varía entre centros, como ejemplo en un colegio concertado puede implicar el desembolso de 48 euros al mes si el niño llega las 7.45 horas de la mañana y de 38 euros al mes si lo hace a partir de las 8.30 horas. Si solo se recurre a esta posibilidad esporádicamente, el precio de un día suelto por llevar al niño temprano son 3,20 euros. En uno público, el gasto puede ser de diez euros al mes y cuatro euros al día. Según los datos del IGE, con todo, los padres precisan recurrir a esta medida de conciliación más de un día, ya que la media es de 5,05 horas por niño.

En algunos centros educativos los padres todavía disponen de un poco más de margen, ya que cuentan además con el servicio de recogida tardía a la salida, también previo pago.

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