Gerardo Crespo no enseña sus pruebas

El empresario Gerardo Crespo volvió a arremeter ayer contra el PP en la puerta los juzgados de A Coruña, donde formalizó su querella por injurias y calumnias contra la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, aunque evitó mostrar las pruebas que asegura tener sobre el pago de sobornos y el conocimiento que cargos de la Xunta y del partido tenían sobre los mismos.

El presunto cabecilla de la organización dedicada, según la Policía Nacional, a "montar chiringuitos para captar subvenciones", repitió que el Gobierno gallego recibió el chivatazo de que los agentes del 091 le seguían la pista. "[El presidente de la Xunta, Alberto Núñez] Feijóo se harta de mentir cuando dice que es la Xunta la que nos manda a Fiscalía", subrayó, al tiempo que recalcó que la operación Zeta se abrió a raíz de la denuncia presentada por dos empleadas del presidente de la Confederación de Autónomos y Profesionales de España, dirigida por Eliseo Calviño, también involucrado en el caso, en el que hay 30 imputados.

El sospechoso de defraudar parte de los 20 millones de euros recibidos para impartir cursos de formación presume de que tiene "pruebas" de la implicación en el caso de dirigentes del PP, pero se niega a aportarlas. "Los políticos están implicados, están mintiendo, se están desmarcando", señaló hace un mes a este diario. "A la juez le voy a dar todo. Pero ahí me voy a reservar el derecho de jugar, no con la juez, tengo el derecho a hacer varias declaraciones. Iré poco a poco", advirtió. El 24 de mayo se celebran elecciones municipales.

Ayer se celebró el acto de conciliación entre Crespo y Beatriz Mato. El abogado de la dirigente del PP entregó un escrito en el juzgado en el que rechaza las acusaciones del investigado, que sostiene que Mato lo difamó al asegurar en el Parlamento que no había realizado los cursos para los que recibió ayudas.

Desde que se puso en marcha la operación Zeta, que sitúa a Crespo como cabecilla de una trama dedicada a defraudar millones de euros destinados a programas de formación, el empresario se siente traicionado por los que consideraba sus amigos. Primero, apuntó hacia el alcalde coruñés, Carlos Negreira, y la conselleira Beatriz Mato. Después, pasó a Feijóo; y, ayer, incluso arremetió contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Aseveró que el empresario madrileño Pachi Lucas, al que sostiene que pagaba 3.000 euros al mes para que le consiguiese contratos públicos, es "muy, muy amigo y gran protegido" de Rajoy. "Es un pontevedrés que queda huérfano cuando es joven y es apadrinado por familias de Pontevedra, en donde está la de Mariano Rajoy, y la de los Riestra, que es mi familia. Este señor se relaciona maravillosamente y de quien se hace amigo íntimo es de Feijóo, es como su novia", sentenció el imputado, quien relató que localizó al empresario "a través de estas familias" de Pontevedra. "Lo ficho como empleado porque me parece el mejor representante para mis empresas, el mejor comercial posible. Luego, él hace su trabajo, lo hace bien, y con las bendiciones del presidente de la Xunta", matizó. En otras ocasiones, Crespo afirmó que había conocido a Lucas a través de Feijóo.