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El desafío demográfico en Galicia

La esperanza de vida gallega se dispara en 5 años desde 1996

Las gallegas llegan ya a los 85,7 años y los hombres a los 79,6 - La brecha de género se reduce

Primer ebbé nacido en Vigo en 2013.// Marta G. Brea

La esperanza de vida de un gallego que nacía en Galicia hace un siglo se situaba por debajo de los 40 años. Hoy roza los 83. Solo en las últimas dos décadas, desde 1996, el indicador en la comunidad sumó cinco años más, según el estudio que acaba de publicar la Dirección Xeral de Saúde Pública del Sergas, gracias a los avances médicos y tecnológicos acumulados, la reducción constante de la mortalidad infantil, cambios en los hábitos alimenticios y de estilo de vida y el acceso a los servicios sanitarios. La longevidad es, sin duda, uno de los principales logros de las sociedades avanzadas, el ejemplo claro del nivel de bienestar conseguido en la historia reciente. Pero también supone a la vez un desafío sin precedentes para mantener el equilibrio social y económico de la población. Más en territorios como el gallego, con graves problemas de relevo generacional, en los que la prolongación de la vida refuerza la presión sobre cómo afrontar la crisis demográfica.

¿Dónde están las claves de esos años ganados? Pues son diferentes en función del sexo, porque también la esperanza de vida no es la misma. Entre los hombres llega a los 79,6. A 85,7 años en las mujeres, como recogen los últimos datos del Instituto Galego de Estatística (IGE). Ambos comparten como primera razón del alargamiento las mejoras en prevención y atención ante las enfermedades cerebrovasculares. Los ictus. "La rapidez de la acción en éstas y otras dolencias se ha mostrado como uno de los elementos más importantes a la hora de disminuir la mortalidad y las secuelas", explica José Carlos Millán, presidente de la Sociedad Gallega de Gerontología y Geriatría.

La segunda causa entre los hombres está en la reducción de los accidentes de tráfico, seguida del descenso en fallecimientos por insuficiencias cardíacas, que representa la segunda explicación en la mayor esperanza de vida de las mujeres, por delante de la aterosclerosis (la acumulación de grasa en las arterias). Prácticamente todas las dolencias evolucionan de forma positiva en la carrera hacia casi una cuarta edad, salvo algunas, e importantes, excepciones como el alzheimer. Su elevada incidencia tira del otro lado de la cuerda de la esperanza de vida. "De las 745 personas que en Galicia fallecieron a causa del alzheimer en 2011, el 72,35% eran mujeres -señala Millán-. Habiendo más mujeres de edades avanzadas, es más normal que la mortalidad de las denominadas patologías edad-dependientes les afecten en mayor medida".

Aunque esa brecha de género empieza a diluirse. Y es otra de las grandes novedades que deja el análisis de Saúde Pública. Tras los valores más altos en la década de los 90, la diferencia de más años entre las mujeres "va disminuyendo en la actualidad" y se mantiene "constante, con pequeñas oscilaciones" en la esperanza de vida a partir de los 65 años. "Lo que puede significar -apunta el también profesor de la Universidad de A Coruña- que las cifras de supervivencia se pueden ir igualando de cara al futuro". En esa franja de edad, además, la que hasta ahora marcaba la referencia oficial de la jubilación, es todavía más visible el fenómeno de la esperanza de vida creciente. De media se viven otros 21 años más.

"En general, el reto es garantizar una mínima calidad de vida a la población en su conjunto, con especial atención a los más vulnerables", apunta el sociólogo Alberto Saco, que reparte el "esfuerzo de cohesión social intergeneracional y redistributivo" entre todos los estratos sociales. "En el caso concreto de los mayores, la sostenibilidad económica del sistema de pensiones, tal y como está planteado en la población activa, va a depender más del nivel de empleo (los cotizantes del sistema), que del aumento de la esperanza de vida", añade el profesor de la Universidad de Vigo experto en demografía. El aumento de la demanda de los servicios sociosanitarios y el refuerzo al que obliga en la atención mano a mano con las familias "constituye también una fuente de empleo tanto en la gestión pública como privada". "Y redunda en mayores servicios para la población en general -insiste Saco-. La población mayor dependiente puede ser una oportunidad para la acción social, como cualquier iniciativa para paliar las carencias de un colectivo vulnerable".

Galicia cuenta en estos momentos con 480.000 mayores de 70 años. Casi el equivalente al censo de Pontevedra, Ourense, Santiago y A Coruña juntas. En 2029 superarán los 580.000, un 23% más. Las proyecciones de población del IGE hasta 2051 elevan el colectivo a 674.000 en un cálculo medio. Casi un tercio de todos los habitantes. "El aumento del número de personas mayores en números absolutos solo se está dando ya en las zonas más pobladas. En las más dispersas y despobladas quedan personas mayores aisladas que sobreviven con dificultad rodeadas de bolsas de pobreza y que se ven muy afectadas además por el lógico aislamiento. La dinamización de estas zonas, incluso acogiendo más población mayor, es lo único que puede paliar la situación si es que desaparecen los pocos que van quedando", sostiene Saco.

Pese a que la contienda que plantea el envejecimiento es crónica en Galicia, la situación económica vuelve a azuzarla por las evidencias del impacto en el bajo consumo y el gasto en prestaciones. "Es lo grave que quieran que sea los que aspiran a gestionar los fondos públicos de pensiones", apunta el sociólogo. "Cada vez que hay crisis vuelven a dar una vuelta de tuerca -continúa-, cuando habría que sentarse a debatir qué es lo que queremos y cómo lo podemos conseguir". Saco huye de discursos "catastrofistas" e insta a un sistema "donde tenga más peso la parte no contributiva". "Más solidario y con más recorrido que el actual", resume.

La "experiencia compartida" dibuja el camino. "Jóvenes y mayores comparten cada vez más referentes comunes transversales, aunque muchos se vean truncados por el ritmo del cambio social -dice-. Pero hay cosas que nunca pasan de moda. A lo mejor hay que estar más atentos a ellas y menos a la novedad".

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José Carlos Millán, Pte. Sociedad Gallega de Geriatría y Gerontología

"Galicia dejó de lado la investigación del colectivo"

"Las personas mayores son como nosotros con unos cuantos años más. Alcanzar la vejez es un patrimonio de casi todos los sujetos, por lo que todo lo que consigamos para ellos, sin duda revertirá en nosotros. Las sociedades avanzan gracias a los años trabajados y no cabe duda de que los más mayores trabajaron mucho más. No son una carga, son una riqueza", avisa el presidente de la Sociedad Gallega de Geriatría y Gereontología, que marca como prioridad el "reordenamiento" del sistema socio-sanitario, "algo que en Galicia tendríamos que empezar por construir". Que además se haga de mano de los expertos, destaca José Carlos Millán, "y se programen estrategias de población de acuerdo a criterios científicos y no políticos".

El cuadro clínico de las enfermedades en los mayores incluye patologías crónicas, pluripatologías en muchos casos, con necesidad de varios fármacos distintos para tratar y tendencia a la incapacidad. "La incorporación de médicos geriatras al sistema sanitario es una necesidad prioritaria que desde la administración no se está cubriendo adecuadamente -apela-. En Galicia únicamente tenemos servicios de geriatría en los hospitales de Vigo y Lugo".

La organización del sector, según Millán, es fundamental tanto para acabar con "las carencias" de atención a este grupo de población como para solucionar aspectos críticos tan importantes desde el punto de vista del gasto como la ocupación de camas hospitalarias. "Tienen un alto coste. ¿Por qué no buscamos una coordinación entre los hospitales y los centros geriátricos para una atención de igual calidad y menos coste ante enfermedades de larga evolución? Una cama hospitalaria cuesta entre 500 y 600 euros al día, en una residencia cualificada entre 50 y 70 euros. Una diferencia enorme", explica. Es uno de los temas que abordará la Sociedad en su próximo congreso en Ourense los días 26 y 276 de junio.

Los expertos defienden que la investigación, también sobre los mayores, es "siempre rentable". "En Galicia íbamos muy bien, pero en los últimos años se ha dejado de lado y estamos volviendo a cifras del siglo pasado en inversión y rendimiento -lamenta Millán-. Es una pena, porque en la comunidad tenemos grupos de investigación altamente competitivos que desde la administración no se tienen en cuenta para apoyarlos económicamente o aprovechar sus resultados de investigación, contratándose en innumerables ocasiones consultorías a entidades externas, cuando en casa podemos tener la solución".

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