-¿Se quedó corta la reforma local, aprobada hace poco más de un año?¿Debería haberse apostado de una manera más decidida por la fusión de ayuntamientos y no solo primarlas en las ayudas como ya hacía la Xunta?

-En época de crisis se despiertan las urgencias y parece que hubiera que solucionar todos los problemas que acucian a un país de un plumazo. Eso es muy complicado y poco realista. Es la primera vez que se apuesta de una manera clara y decidida por la fusión municipal, voluntaria, alentando a los ayuntamientos a que estudien esa posibilidad ofreciendo una serie de ventajas. Si lo comparamos con las expectativas que algunas personas que se habían pronunciado sobre este tema, tal vez se haya quedado corta. Pero si lo comparamos con lo que se viene produciendo en el último siglo, el avance es muy importante.

-El TSXG emitió el viernes una providencia en la que remite al Constitucional la fusión de Oza y Cesuras para que determine si se ajusta a la legalidad. ¿Puede ser declarada nulo el acuerdo?

-Estamos ante una providencia por tanto no hay que precipitar juicios. De esa providencia de deduce que el procedimiento se hizo de manera adecuada. No creemos que el proceso se pueda poner en entredicho. La fusión tiene plena validez.

-¿Hay conversaciones avanzadas que permitan a corto plazo nuevas fusiones en Galicia o se está en una fase muy incipiente?

-Hay de todo. Hay una casuística muy variada. Ha habido muchos alcaldes que se han interesado de una manera seria por esta posibilidad.

-¿Cuántos?

-¿Hay posibilidades reales de fusión? Sí, las hay. Pero hace falta tener claro quiénes son los interlocutores. Con un proceso electoral a las puertas, no tiene sentido hacer avances porque pueden cambiar las alcaldías y los planteamientos. Una vez pase ese proceso, habrá que retomar esas posibilidades. Hay ayuntamientos en disposición de abordar un proceso de estas características en un plazo relativamente corto. Hay varios, pero no me atrevo a dar un número. Cuantas más fusiones se produzcan, más posibilidades hay de que se cierren otras porque los ciudadanos son los que las van a demandar cuando vean las ventajas que suponen.

-¿Se corre el riesgo de que si no se fusionan ahora de forma voluntaria se imponga por ley?

-Hay un refrán español Cuando las barbas de tu vecino veas pelas pon las tuyas a remojar. Lo que está claro es que va a haber una racionalización de las estructuras administrativas. A partir de ahí hay que hacer una análisis de dónde se producen las eficiencias y las ineficiencias. En ese sentido, la administración local tiene un margen de mejora importante.

-¿Ese margen de mejora debe aplicarse en los concellos de menos de mil habitantes?

-Tienen sentido aquellos ayuntamientos que son capaces de prestar los servicios a sus vecinos, independientemente de su tamaño. Cuando el tamaño es un impedimento para alcanzar una determinada eficiencia en la prestación de servicios básicos, ese concello no tiene sentido.

-Expertos en administración local son tajantes: el tamaño sí importa y ven un "lujo" tener miniconcellos por coste y eficiencia en la prestación de servicios.

-Evidentemente tiene importancia, aunque hay que estudiar particularmente cada ayuntamiento. Hay concellos que pese a tener un tamaño reducido tienen unas fuentes de financiación importantes, bien por terrenos industriales, parques eólicos? Pero, sí, hay que hacer una racionalización de esas estructuras para racionalizar también esos recursos.

-¿Cuál es el umbral mínimo de población para un ayuntamiento?

-Hay informes que lo sitúan en 5.000 habitantes, otros en 10.000. Establecer de base los objetivos a alcanzar es muy complicado, incluso dentro del propio ámbito territorial de Galicia comparar una provincia con otra sería complicado. Tenemos que avanzar en un único sentido: racionalizar la planta administrativa y la planta local. Es prematuro establecer cuáles son los ámbitos ideales de población .

-314 ayuntamientos para un territorio como Galicia ¿es un número excesivo?

-Sin duda. Pero no hay que partir de ideas preestablecidas porque nos encontraremos que en unos casos tendremos que fusionar ayuntamientos, en otros puede ser que las áreas metropolitanas eviten esa fusión al permitir una gestión más racional de los servicios comunes que tienen que prestar esos concellos. En otras esferas puede haber ámbitos de colaboración puntual. Son muchas las fórmulas. Lo que hay que tener claro es que el dinero está a disposición de los ciudadanos, y olvidarnos de la defensa a ultranza de esa autonomía mal entendida para entender la autonomía local desde la obligación de prestar los mejores servicios a los ciudadanos.

-¿Trabaja la Xunta en algún estudio para fijar el camino de esa racionalización en el ámbito local?

-Operamos en términos teóricos pero luego hay que operar sobre la realidad material de los territorios, los presupuestos y las personas. Sería muy fácil establecer un número aleatorio que conformarían el territorio ideal de Galicia. Pero hay que hacer planteamientos realistas. ¿Cómo nos vamos a fijar un número ideal de concellos cuando les estamos pidiendo que se hagan fusiones voluntarias? Vamos a dar un margen de confianza a los ayuntamientos gallegos. Han demostrado tener una inteligencia suficiente como para adelantarse a los tiempos y saber que tienen que avanzar en una determinada dirección. Será más efectivo que recorramos este camino de la mano que no que busquemos una confrontación o le pongamos unas metas a las que tienen que llegar, a sabiendas de que a corto plazo son inalcanzables.

-En un momento con recortes en todas las administraciones, de personal y de entes paralelos, ¿ve necesarias en la actualidad las diputaciones?

-Son órganos que están contemplados en la Constitución. Su eliminación, de la que se habla con cierta ligereza, pasaría por una reforma constitucional. Lo fundamental es que estén orientadas correctamente a la prestación de los servicios, que están fijados por ley. En ese sentido pueden ser enormemente útiles. Si quieren ser efectivas y si quieren aportar a una prestación adecuada de los servicios hay margen para que lo hagan. Creo que son muchas las diputaciones que están haciendo una labor destacable. Yo he escuchado a presidentes de diputaciones hacer declaraciones valientes: "Las diputaciones tendrán sentido mientras resulten útiles".

-En la actualidad, ¿son útiles o se debe redefinir su papel?

-A día de hoy las diputaciones son útiles y tienen un margen de mejora en la prestación, sobre todo en el apoyo técnico a los concellos pequeños. Pueden mejorar su eficiencia