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Efectos de la directiva europea de emisiones industriales

Galicia blinda el futuro del carbón

Gas Natural se suma a Endesa y reformará también su central térmica en la comunidad para reducir las emisiones y cumplir la directiva europea

El escenario dibujado por la directiva europea de emisiones industriales deja pocas alternativas posibles para las dos grandes centrales térmicas de Galicia. O un tijeretazo de entre el 50% y el 60% del azufre, el óxido de nitrógeno y las partículas que lanzan a la atmósfera a partir del 1 de julio de 2020, o una reducción progresiva del número de horas de actividad hasta un máximo que chocaría de lleno con la viabilidad de la cuenta de resultados de las empresas. Un planteamiento difícil ante la elevada inversión que necesitan los trabajos de acondicionamiento, que se suman a las ya costosas obras que ambas asumieron para emplear lignito de importación, y por la falta de rentabilidad en estos momentos de la generación de electricidad. Endesa, propietaria de la planta de As Pontes, una de las joyas de la corona del sistema energético español, confirmaba hace un par de meses que finalmente optará por renovar las instalaciones para evitar el apagado. Gas Natural Fenosa se suma ahora a la apuesta por mantener el carbón y ya inició la tramitación ambiental para adaptar su complejo en Meirama y, de paso, "mantener su competitividad".

El primer ejecutivo de Gas Natural Fenosa, Salvador Gabarró, aprovechó el consejo de administración celebrado ayer en la Cidade da Cultura en Santiago para trasladarle la decisión tomada al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Las mejoras afectarán también a la zona de escombrera y al vertedero de cenizas y escorias donde se depositan los restos de la quema del carbón. "La central de Meirama es un activo de generación muy relevante para la compañía energética", defiende. De ella viene hasta un 41% de toda la electricidad producida por el grupo en la comunidad.

Las dudas sobre la continuidad de las dos térmicas gallegas, al igual que la mayoría de las centrales de carbón del resto de España -un total de 18- tienen mucho que ver con las incertidumbres alrededor del beneficio, incluso a corto plazo, del sector y la inseguridad normativa. El Gobierno llegó a presentar un Plan Nacional Transitorio (PNT) con 34 plantas -incluida As Pontes- para que siguieran funcionando el resto de la década bajo las mismas condiciones con las que están operando. Pero la Comisión Europea le abrió un expediente y su veredicto fue demoledor: "los techos de emisiones calculados serían demasiado elevados". En concreto, para el caso de la central de Endesa en Galicia, en lo relativo a la cantidad de dióxido de azufre para el próximo 2016.

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EDP fue una de las primeras compañías en anunciar el correspondiente plan de inversiones para renovar los quemadores de sus plantas del grupo 2 de Aboño y el grupo 3 de Soto de Ribera, las dos ubicadas en Aragón. La previsión es una caída del 80% en la emisión de óxido nitroso a partir de noviembre de 2016 y abril de 2017, respectivamente. El proyecto suma un presupuesto total de 100 millones de euros y alargará la vida útil diez años, hasta finales de 2035.

En octubre del pasado ejercicio, el recién nombrado consejero delegado de Endesa, José Bogas, presentó el plan industrial de la multinacional de cara a 2016, por valor de 2.500 millones de euros. Alrededor de 1.000 están centrados en mejorar la competitividad de su capacidad de generación en España, con el reconocimiento expreso a que tanto As Pontes como la central de Carboneras, en Almería, para la que acaba de avanzar una inyección de 200 millones de euros -y la creación de 500 puestos de trabajo- para reducir un 50% las emisiones contaminantes.

La inversión a llevar a cabo en las dos centrales de Galicia podría rondar, según fuentes del sector, los 300 millones de euros. As Pontes cuenta con una potencia de 1.468 megavatios (MW). Su producción en 2013, el último ejercicio con datos cerrados, superó los 7.300 gigavatios hora (GWh). La capacidad de Meirama es de 580 MW, con una generación en ese año de 2.529 GWh. El carbón es la principal fuente eléctrica de la comunidad. Las térmicas alcanzaron en 2013 los 9.885 GWh, más de un 29% del total, que ascendió a 33.717 GWh, sin descontar los 600 consumidos por la propia actividad de generación.

Su impacto en el medio ambiente con las emisiones provocadas por la materia prima empleada choca con su carácter estratégico en el sistema eléctrico. Como apoyo a las renovables. ¿Cómo es posible eso? Dada la imprevisibilidad de las renovables -es muy difícil predecir cuándo lloverá o hará viento y cuánto-, los encargados de gestionar el transporte necesitan contar con centrales de respaldo fáciles de encender o que estén en funcionamiento mínimo para tirar de ellas cuando existe, por ejemplo, una caída de la eólica para evitar un apagón generalizado.

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