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Sin plaza para seguir en investigación

Jóvenes gallegas con extensas carreras como científicas reorientan su futuro tras quedar sin puesto en los campus » Son algunas de los casi 1.300 científicos que perdió Galicia

Consideran que Galicia contaba con un programa de estabilización de la carrera investigadora que se perdió. "La cuestión es que se rompieron las reglas de juego y los compromisos establecidos hasta ese momento con la propia universidad desaparecieron y a muchos nos pilló por sorpresa porque no te lo esperas", coinciden investigadores consultados que no han podido continuar su trayectoria en Galicia por la escasez de plazas en el ámbito científico. Para algunos la crisis truncó, como en otros sectores, la inversión en I+D "y se perdieron muchos contratos, con los que, hasta el momento, no había problema". El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de publicar las cifras del censo de investigadores: 1.287 menos en la comunidad gallega entre 2010 y 2013 y, en el conjunto de España, el descenso fue superior a 11.000.

Si en 2010 el número de científicos en activo a jornada completa tocó techo, a partir de ese instante la curva empezó a caer. El balance es negativo en todas las comunidades, con menos investigadores en sus filas, a excepción del País Vasco, que en el mismo periodo ganó 1.057 científicos. En este caso las investigadoras gallegas que ya no forman parte del censo se han ido a vivir a otros lugares. "Tenemos la sensación de que la investigación no cuenta", coinciden.

Paula Sánchez, Especializada en Genética Forense. Vive en Navarra

"Quedar fuera fue un shock; mi vida giraba en torno al trabajo"

"La Universidad de Santiago, en este caso, tenía un compromiso de estabilización pero se rompió en 2011, cuando se nos terminó el contrato iniciado en 2006. Nos quedamos sin saber lo que iba a ocurrir 17 investigadores Parga Pondal, creo que cuatro no logramos continuar, después de un año duro durante el que lo intentamos por todos los medios". Paula Sánchez, bióloga de formación y especializada en Genética Forense tras 15 años de trabajo de investigación en el Departamento de Medicina Legal, nunca había pensado que su vida en Santiago podía dar un giro de 180 grados. Pese a los problemas de estabilización laboral en 2011 confiaba en que la situación se arreglara con la universidad pero no fue así; no todos los Parga Pondal afectados corrieron la misma suerte y Paula fue una de las científicas que tuvo que despedirse de Compostela. "Realmente no recibí el apoyo que esperaba en mi departamento y eso también supuso una gran decepción", recuerda Sánchez, natural de Tui, con 40 años y madre de un bebé de 13 meses.

Al cerrarse las puertas en Santiago, y tras quedarse un año intentando rehacer su vida laboral en Galicia o con una estancia en el extranjero, decidió marcharse a Pamplona, en donde vive su pareja. "En Santiago ya no tenía salida y me estaba ahogando; necesitaba un cambio. Es que quedar fuera fue un shock porque había organizado mi vida en torno al trabajo. Me pasaba muchas horas en el departamento, en vacaciones iba a congresos... la investigación lo era todo", expresa Sánchez, quien añade: "ya tenía mi piso en Santiago y te ves con 37 años, justo en el momento en el que se supone que debe llegar la estabilización o una cierta tranquilidad tras encadenar varios contratos y ocurrió todo lo contrario". Desde entonces Paula busca trabajo en Pamplona, en investigación o en cualquier otro campo. "Estoy buscando de lo que sea. El problema es que mi campo, la Genética Forense, es muy concreto y no es fácil retomar en otro lugar. Creo que en la universidad hay problemas más allá de lo económico para la continuidad de nuestras plazas", concluye Sánchez.

Raquel Bello, Filología Gallego-Portuguesa. Está en Porto Alegre

"Voy a quedarme en Brasil; está apostando fuerte por la I+D"

Va a cumplirse un año desde que Raquel Bello se fue a Brasil. Le surgió la oportunidad de marcharse para continuar con su carrera académica en la Universidad de Ritter dos Reis, en Porto Alegre, como docente e investigadora. Bello, especialista en Filología Gallego-Portuguesa, actualmente con 38 años, ni se lo pensó y pegó el salto, cruzando el Atlántico para continuar con sus estudios científicos, tras "una larga carrera en Galicia". Bello, natural de A Coruña y con varias estancias de investigación en Lisboa, también formaba parte del grupo de los Parga Pondal de la USC con problemas en 2011 para la estabilización. "Es un pensamiento muy científico: hay unas normas que cumples tras cinco años de trabajo y al cumplirlas esperas un resultado. Me refiero a publicaciones, a conseguir recursos para el grupo, a supervisar a otros investigadores, etc...En nuestro caso no fue así", recuerda Bello. "Para mi fue una gran decepción, sobre todo también por la falta de reacción de la propia comunidad universitaria", apunta.

Al poco tiempo, Raquel consiguió montar una spin-off con otros socios: "la empresa continúa pero a finales de 2013 me apetecía volver a mi vida académica y conseguí hacerlo mediante un contrato a través del grupo de investigación, con el que estaba vinculada". Mediante sus contactos en países lusófonos logró una oportunidad en Brasil: "Creo que voy a quedarme aquí; está apostando fuerte por la I+D", indica. Con respecto a la merma de investigadores en Galicia y en España asegura: "Admito que no me sorprendió la caída pero sí sorprende la crudeza de los números: 1.300 menos en solo tres años son muchos".

Noelia Cotón, Superconductividad y Materiales. Se fue a Holanda

Noelia Cotón, Física de formación y especializada en el campo de Superconductividad y Materiales, estuvo en la USC hasta diciembre de 2013. A partir de ese momento culminaba su andadura investigadora en Compostela y tuvo que pensar en nuevos caminos ya que en Galicia "no salía nada" relacionado con su campo. Consiguió una estancia de dos meses en Suiza, en un centro de investigación en Lausanne. Regresó después a casa y decidió marcharse a Holanda el pasado mes de septiembre: "a buscarme la vida". En la actualidad, con 30 años y un futuro un tanto incierto, Cotón vive con su pareja en Eindhoven. "Me doy un año de plazo para encontrar algo de investigación relacionado con mi área, de momento he realizado alguna entrevista, de hecho estoy esperando resultados. Lo bueno de Holanda es que no es muy grande y podría moverme al trabajo en transporte público si me sale una oportunidad en otra ciudad", explica Cotón. Con formación en inglés y francés, cuenta que el holandés no es un problema porque en el área de investigación se resuelve con el inglés. "Quizás sea más complicado para mi un trabajo de otra cosa, en el que me pidan holandés", expresa Cotón. Cuenta que en estos momentos lo ve imposible en Galicia: "mi familia me anima a que siga y que no tire la toalla y en eso estoy, a ver si surge algo relacionado con la investigación". De todos modos, Cotón lo ve como una situación temporal: "Si puedo pedir me encantaría regresar a Galicia, para mi sigue siendo una meta", añade la joven Física, que trabajó en investigación desde 2007 hasta 2013. "No ha sido fácil", apunta.

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