El Ministerio de Fomento ha adjudicado el mayor contrato pendiente del AVE gallego, dando luz verde a una inversión que asciende a 511,9 millones de euros. El contrato, que aprobó a través de Adif Alta Velocidad, corresponde a la redacción de los proyectos constructivos, la ejecución de las obras y el mantenimiento durante dos décadas de las instalaciones de enclavamientos, sistemas de protección del tren, control de tráfico centralizado, sistemas auxiliares de detección, telecomunicaciones e instalaciones de protección y seguridad en el tramo Olmedo-Ourense, además de la conservación y mantenimiento de la vía que ya funciona entre Ourense y Santiago.

Además, a esta inversión se suma la licitación, aprobada por Adif, por 30,8 millones de euros, para el suministro y transporte de balasto para el tramo Zamora-Pedralba, también parte de la línea de alta velocidad entre Madrid y Galicia. Por tanto, la inversión aprobada ayer asciende a un total de 542,7 millones de euros, lo que supone, según el Ministerio de Fomento, "un nuevo e importante impulso a la conexión" de Galicia con la Meseta.

Del importe total del contrato, la mayor inversión, 267,3 millones de euros, se destinará a la redacción de los proyectos y ejecución en sí de las obras relacionadas con seguridad, control de tráfico y telecomunicaciones en el tramo que une Olmedo y Ourense, mientras que los 244,6 millones de euros restantes se emplearán en las tareas de mantenimiento, en las que también se incluye la conservación y el mantenimiento de las instalaciones existentes entre Ourense y Santiago, ya en servicio.

El objetivo de las actuaciones aprobadas es el desarrollo "global e integrado" de las instalaciones de control de tráfico, telecomunicaciones, protección y seguridad de la línea, y las obras se realizarán por fases, explica Fomento.

El departamento que dirige Ana Pastor licitó este contrato en febrero por segunda vez y estaba previsto que en junio se abriesen las plicas y resolver la adjudicación. No obstante, hubo que esperar un poco más para el anuncio de la adjudicación. El importe por el que se ha adjudicado finalmente el contrato, 511,9 millones de euros, supone un 20 por ciento menos -en concreto, 128,9 millones- que el importe previsto inicialmente en la licitación, que ascendía a 640, 8 millones de euros.

Este contrato tuvo que licitarse en febrero por segunda vez porque, a pesar de que se había licitado ya hace más de dos años, en vez de hacerlo por el método tradicional, se había optado por el sistema de colaboración público-privada y el Ministerio de Hacienda vetó esta solución para el proyecto porque computaría como déficit público y haría peligrar los objetivos de estabilidad financiera marcados por la Unión Europea.

De esa forma, Fomento se vio forzado a sacar otra vez este año a concurso el contrato y financiarlo ya sin recurrir a la aportación del capital privado -cuando las empresas adelantan una parte-, como estaba previsto al principio. De hecho, el Ministerio señalaba ayer que las obras de la línea de alta velocidad entre Madrid y Galicia, donde se integra el tramo Olmedo-Zamora-Ourense, serán cofinanciadas por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional a través del Programa Operativo de Galicia 2007-2013, con una ayuda estimada de 201,2 millones de euros.

Si la adjudicación supuso una rebaja de 128,9 millones sobre la licitación, en esta segunda licitación el Ministerio de Fomento ya había rebajado la factura con respecto a la primera, cuando ascendía a 905 millones de euros. El recorte, de 245 millones, se debe, en parte, según fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, a que se produjo una mejora de las condiciones del mercado financiero y a una reducción del período de concesión del servicio de mantenimiento en cinco años.

La alta velocidad entre Madrid y Galicia no fue la única que recibió ayer un "impulso" por parte de Fomento. Las partidas aprobadas para el AVE gallego se incluyen en unas actuaciones por importe global de 1.382,3 millones de euros destinadas sobre todo a trabajos en las líneas actualmente en construcción, para "favorecer su puesta en servicio en el menor plazo posible y conforme a las previsiones de ejecución". También las líneas Madrid-Valladolid y Madrid-Figueras, ya en servicio, se benefician de una inversión en mantenimiento.