Los cinco años de profunda crisis, con una doble recesión y la tasa de desempleo en niveles inéditos en la historia reciente del país, dejan la panorámica de un mercado laboral quebradizo y sin fuelle suficiente aún, pese a los primeros signos de la vuelta al crecimiento económico, para recuperar a los millones de trabajadores expulsados del sistema. Una buena parte de los que siguen empleados, además, lo hacen en condiciones que en nada se parecen a las de la época de bonanza, con la obsesión por la devaluación salarial como principal vía para la mejora de la productividad que tanto reclaman los expertos. Y eso atiza al bolsillo del ciudadano, obligado a hacer más con menos dinero. ¿Cuánto? Los ingresos medios por rendimientos del trabajo en 2012 alcanzaron entre los contribuyentes gallegos los 16.186,28 euros. Un 3,5% menos que en 2011, según la estadística sobre el IRPF de la pasada campaña que ayer publicó la Agencia Tributaria. Son 592 euros al año de diferencia y a 2.400 euros de distancia de la media nacional, con 18.639 euros. El mayor recorte de todo el periodo de pinchazo, a la espera de lo que reflejen los datos de la Renta de 2013, todavía sin recuperación, para la que acabó esta semana el plazo de presentación. Aquel famoso término de "mileurista" es ahora un privilegio. Con toda la contención de sueldos y el drama del paro, casi 600.000 gallegos, uno de cada dos declarantes, no llegan ni a 1.000 euros al mes.
En solo un año, el colectivo de contribuyentes con menor retribución por su puesto de trabajo en Galicia creció un 3%, en 20.000 personas. De 572.605 a 591.197. Respecto a 2008, el aumento roza las 40.000, un 7%. No es un logro. Porque son declarantes -incluidos en algunos casos la suma de una pareja- que cobraban salarios superiores en los ejercicios precedentes. La prueba está en que el resto de tramos de rendimiento en los que se divide el IRPF registraron importantes descensos y que la franja de los que tienen un rendimiento negativo o, simplemente, ningún ingreso, se está dispara a 29.774 gallegos. Un 73% por encima de 2011 y el triple que en 2008, cuando suponían tan solo 9.384 contribuyentes. El 0,75% del total. Ahora representan el 2,36%.
Algunos de ellos llegan desde el tramo que no supera los 1.500 euros anuales -79.885 declaraciones-, donde la Agencia Tributaria constata una caída del 2,5%. Entre los que van desde esa cantidad hasta los 6.000 euros, 210.600, el número aumenta un 1,1%. Un 2,1% en el caso de los que reciben un máximo de 12.000 euros anuales: 270.000 gallegos.
Entre los que se mueven entre los 12.000 y los 21.000 euros, ya bajo la clasificación de "mileuristas", hay 332.761 vecinos de la comunidad, tras un descenso anual del 0,1%. Pero ojo. El sueldo medio en este grupo, el de más peso entre los contribuyentes, es de 15.300 euros. Otros 171.960 declaraciones alcanzan entre 21.000 y 30.000 euros, con una bajada del 1,3%. En los que van hasta los 60.000, el descenso en comparación con 2011 es del 6,7%; un 11,8% para los tramos de hasta 150.000 euros.
Los grandes contribuyentes se desploman. El total en la horquilla de 150.000 a 601.000 euros pasó de 2.555 a 2.180. Una diferencia del 14,7%, con ingresos medios en esta agrupación de 175.500 euros. Y de un 16,6% en los que superan los 601.000 euros, que en 2012 fueron únicamente 161, frente a los 193 de 2011. La reducción asciende al 41% en relación a 2009. Entonces había 274 gallegos con estos ingresos laborales de vértigo.
Como consecuencia de todo este deterioro del mercado laboral, el total de rendimientos por trabajo declarados en 2012 por los trabajadores gallegos se situó en 19.582,7 millones de euros. O, lo que es lo mismo, 757,4 millones de euros menos que el año anterior.
