El Consejo de Política Fiscal y Financiera acaba de aprobar los objetivos de déficit de las comunidades autónomas para los próximos años, que irán decreciendo hasta alcanzar el equilibrio presupuestario en 2017. Ese año, ninguna región podrá gastar ya ni un euro más de los que ingrese por vía ordinaria. Estará prohibido emitir deuda para financiar sus respectivos presupuestos. Y hasta entonces, se recorrerá un camino que progresivamente irá recortando el recurso al endeudamiento como fórmula para aumentar la capacidad de gasto allí donde no lleguen los ingresos por la recaudación de los impuestos o las transferencias del Estado y de la UE. En el caso de Galicia, el próximo año solo se podrá endeudar por unos 400 millones de euros, 160 millones menos que a los que tiene derecho este año para nutrir sus presupuestos y compensar con ellos la insuficiencia de los ingresos ordinarios.

Para este ejercicio, el objetivo de déficit para toda las comunidades es del 1% del PIB. Es decir, podrán incurrir en un desfase entre gastos e ingresos equivalente al 1% de su economía y este agujero en las cuentas se cubre con la emisión de deuda nueva. Este porcentaje de desviación supone unos 560 millones de euros en el caso de Galicia, aunque la cifra no es definitiva, pero sí aproximada, porque depende de cómo se cierre en PIB, que actualmente ronda los 56.000 millones de euros.

Para el próximo año, el desfase se reducirá al 0,7% del PIB, un 30% menos, por lo que el agujero presupuestario máximo que se podrá cubrir con deuda será de unos 400 millones de euros. En 2016 el recurso a la deuda para financiar los presupuestos quedará reducido a unos 160 millones (0,3% del PIB) y en 2017 esta fórmula quedará invalidada. Cada comunidad tendrá que componérselas únicamente con los ingresos ordinarios que obtenga.

La Xunta ha sido uno de las comunidades que apoyó este recorte progresivo del déficit. Entre otras razones, porque el esfuerzo que tiene que hacer es menor que otras regiones dado que en los últimos ejercicios cumplió con los objetivos y, por tanto, el recorte tiene menor calado.

Las que votaron en contra de esta planificación del déficit fueron las socialistas Asturias y Andalucía, mientras que Canarias, País Vasco y Navarra se abstuvieron. La presidente de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, acusó ayer al titular del Gobierno central, Mariano Rajoy de andar "con el pie cambiado" con respecto al resto de los países europeos por no autorizar un déficit más flexible, dando la posibilidad de mantener el desfase presupuestario más años, ya que a su juicio es la única manera de crear empleo y a más velocidad.

Sin embargo, ayer mismo Rajoy sostuvo que siente "cómodo" con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y que no ve necesaria un flexibilidad extra para corregir el déficit más allá del plazo de dos años que dio Bruselas. "El mensaje que tenemos que dar es que no es bueno aumentar deuda ni es bueno gastar lo que no se tiene ni es bueno estar pidiendo constantemente a los mercados", declaró el presidente del Gobierno en Bruselas.

Por su parte, el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, anunció un grupo de trabajo con las autonomías para establecer "entre todos" formas de gasto eficiente que contribuyan a cumplir con la reducción de los objetivos de déficit para los próximos años. Las propuestas con las medidas, según Beteta, ya podrían estar listas en el mes de julio.