Entre San Juan y San Pedro algún día habrá bueno. De esa forma resume el hombre del tiempo Santiago Pemán la inestabilidad que se prevé para los próximos días que provocará que la entrada del verano el próximo sábado esté marcada por la lluvia. A pesar de que el inicio de la nueva estación venga pasado por agua, Pemán augura que este verano será "soleado y caluroso", aunque eso sí, algo "retrasado". De hecho, avisa de que no se notará del todo hasta por lo menos el 10 de julio. A partir de ahí, según su sistema de predicción basado en las témporas, los meses de julio, agosto y septiembre serán "bastante buenos".

Según este método se observa el tiempo que hizo en los tres días de témporas de primavera -el miércoles, el viernes y el sábado de la semana pasada- para determinar como será la situación los tres meses siguientes. Y como fueron días en los que el anticiclón estuvo instalado en la comunidad por eso pronostica temperaturas elevadas para toda la estación. En este sentido, aunque este verano será muy similar al de 2013, este año por las noches las temperaturas apenas bajarán a diferencia del anterior que eran más "frescas". Como es habitual, en la costa norte los vientos del nordeste -los típicos cuando hay anticiclón- provocarán que los termómetros no suban tanto en esta zona como en el interior gallego.

Sobre las previsiones para la próxima estación también habló ayer el delegado territorial en Galicia de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Francisco Infante, quien explicó que la inestabilidad estará presente durante la noche de San Juan justo antes de un verano "con un poco de todo", pero en general "seco y cálido".

Los meteorólogos no aprecian "tendencias significativas" para los meses siguientes al analizar las temperaturas y las precipitaciones, por lo que estiman que será un verano "normal".

A más corto plazo, desde hoy y hasta el viernes todavía se podrá seguir disfrutando del buen tiempo en las playas o terrazas de la comunidad porque los termómetros se mantendrán en valores similares a los últimos días, salvo en las Rías Baixas donde hoy bajará el mercurio unos grados debido a la aparición de nieblas "persistentes". Ayer, las máximas de Galicia se registraron en Ourense, con 32 grados, y en Pontevedra (31º). En Vigo, el termómetro marcó 28 grados.

A partir del fin de semana una borrasca que se forma al oeste de la península, no muy profunda, marcará las condiciones meteorológicas hasta el día de San Juan. Durante todo ese periodo "el tiempo va a ser más inestable, con algunas tormentas y chubascos que pueden llegar en cualquier punto de Galicia y sobre todo en la mitad sur". Para la noche de San Juan las lluvias tampoco darán una tregua, pero a diferencia de las jornadas anteriores las precipitaciones serán "puntuales".