En menos de una semana cayeron en Santiago el alcalde, nueve ediles, y Paula Prado, una exconcejala que dimitió como portavoz del PP gallego. Son los efectos de la Operación Pokemon. A 65 kilómetros, la misma trama judicial no tiene las mismas consecuencias. En A Coruña, el regidor, Carlos Negreira, mantiene a su teniente de alcalde, Julio Flores, en el cargo, pese a estar también imputado en la Pokemon por supuestamente intentar colocar a conocidos en empresas que negociaban contratos públicos.

Carlos Negreira, que es también el presidente del PP en la provincia de A Coruña, aplica una vara de medir diferente para Compostela y su ciudad. En la primera se imponen unas dimisiones que no se fuerzan en su urbe. El pasado domingo en una entrevista Negreira valoraba la dimisión de Prado y aseguraba que "acierta" con su renuncia, pero añadía: "El caso de Julio Flores es diferente" y apuntaba que "las decisiones" que sobre el futuro de su número dos haya que tomar "se tomarán a partir de que haya sentencias judiciales". Prado ni siquiera está imputada. La juez Pilar de Lara la investiga.