Ambos tienen reconocida una dependencia severa (grado II) desde hace tiempo y aguardaban su turno para incorporarse a la lista de beneficiarios en Galicia de las prestaciones para dependientes. Tras dos años de espera, a Pablo José López, un joven de 22 años de Ourense que estudia Arquitectura en A Coruña, acaba de llegarle por correo una notificación que confirma la prestación. José Luis López Lago, de 53 años y natural de Lugo, aún aguarda una respuesta adecuada a su actual estado, "con muy poca movilidad debido al avance de la enfermedad". Es lesionado medular de nacimiento, con espina bífida, y la dolencia física le ha impedido desarrollarse profesionalmente, por lo que su madre recibe una ayuda "por hijo a cargo" de unos 600 euros.

"En mi caso me cuida mi madre, que ya está mayor, y mi hermano, que está retirado ahora y vive con nosotros. Son las dos personas clave para mi porque, por mi dolencia, paso temporadas en cama", cuenta López Lago. Hace dos años, "va para tres", que solicitó la ayuda pero, de momento, no ha obtenido respuesta. Lo achaca a la reducción presupuestaria de la ley: "es que no hay dinero para nada". Intenta ir un par de veces a la semana al aula de Cogami de Lugo, para realizar alguna actividad. José Luis López Lago, por sus necesidades físicas, prefiere la ayuda de "cuidador familiar", un tipo de prestación que ha bajado en los últimos años. "Si no puede ser, pediría una persona que me ayude para aliviar a los de la casa, que ya llevan muchos años cuidándome y eso también cansa", expresa López.

El ourensano Pablo José, estudiante del Grado de Ingeniería de la Edificación en la Universidad de A Coruña, ciudad en la que vive durante el curso, se siente "contento y aliviado" al recibir la noticia de que cobrará la prestación. "Es una ayuda mensual para un asistente personal. Son 120 horas al mes que puedes distribuir en función de tus necesidades. En mi caso lo necesito para desplazarme a algunos sitios y hacer mis recados, todavía no sé cómo voy a repartir las horas y tampoco he elegido a la persona que me acompañará", expresa López Lago. En estos momentos está en su casa de Ourense, "en temporada de exámenes regreso para estudiar".

Considera que la prestación le ayudará a "ganar independencia, en el sentido de movilidad". La silla de ruedas implica que, en numerosas situaciones, alguien tiene que echar una mano. "Siempre han estado conmigo mis padres y mis dos hermanas. Pero está claro que la prestación, para mi, es fundamental porque así no tienen que estar pendientes de mi cuando lo necesito. Me organizaré yo con el asistente que me toque en función de mis necesidades", apunta Pablo José.

Mientras, José Luis López Lago aguarda una buena noticia. Está en contacto con la asociación Cogami: encontrarse con compañeros y amigos en el centro es para él una vía de escape a la rutina diaria.