El pasado martes, un dirigente del BNG atribuía en privado los resultados del 25-M a que Galicia se comportaba "como una provincia de Madrid", alejándose de las dinámicas de Euskadi o Cataluña, donde el nacionalismo intensificó su protagonismo. Este diagnóstico ya es oficial dentro de la organización, pues la cúpula vincula su desplome electoral -logró 78,.000 votos el domingo por 103.000 hace cinco años- a la "fragilidad de conciencia nacional en Galicia, fundamentalmente en ámbitos urbanos y juveniles, que dificulta la referencia del BNG como alternativa política propia, nacional".

El secretario de Organización frentista, Bieito Lobeira, firma este análisis en una misiva a la militancia, en la que ensalza la capacidad de resistencia de la formación. Pese a insuflar ánimos a las bases, rebaja el entusiasmo del portavoz nacional, Xavier Vence, que calificó el resultado de "fantástico". "Sin colmar nuestras aspiraciones, representan un síntoma de resistencia y recuperación política", suscribe Lobeira.

En 1997 el BNG protagonizó el gran sorpasso de la política gallega autonómica logrando un 25% de apoyos y 18 escaños, superando al PSdeG con un Beiras de líder que atrajo al voto joven y urbano, el mismo que desde entonces le ha ido dando la espalda hasta preferir ahora en gran medida a AGE y Podemos.

Lejos de buscar motivos por los que el mensaje del BNG ya no resulta atrayente o si el paso por la Xunta que desvirgó la pureza frentista sigue suponiendo un trauma no superado, Lobeira lamenta la irrupción de un ambiente político ajeno y culpa a "la preponderancia de dinámicas españolas a la hora de condicionar el comportamiento electoral". "Debemos esforzarnos por mejorar nuestro trabajo político y social", añade.

Lobeira no olvida el daño que las escisiones que se iniciaron en la asamblea de Amio en 2012, tras la que se fundó Anova, sobre todo a nivel organizativo, restándole soldados en las últimas contiendas electorales. Reorganizarse resulta el primer paso para crecer. "La recuperación organizativa y el dinamismo social son condición necesaria, imprescindible, para la recuperación electoral [?] En el caso de una alternativa nacionalista como la del BNG, probablemente no haya recuperación político-electoral si no la hay también organizativa", añade tras celebrar indicios de mejora.

El mensaje central de la misiva, sin embargo, radica en celebrar que el BNG alcanzó su "objetivo prioritario" de tener voz en Europa y que, pese a la caída de votos y de que ya es quinta fuerza por detrás de AGE y Podemos, Ana Miranda estará en la Eurocámara año y medio, un tiempo similar al logrado en 2009. Por tanto, los 79.732 votos son un "resultado digno" en un contexto difícil en los que el BNG sufrió "ataques, intentos de criminalización [en alusión al PP y sus críticas por coaligarse con Bildu] y al censura informativa", en alusión a la decisión de la Junta Electoral de negarle tiempo en los informativos públicos porque en los comicios de 2009 se presentó en coalición y no en solitario.

Uno de los aspectos en los que insiste la carta es el ánimo a las bases, que "fue capaz de superar la limitación de recursos económicos y logísticos" en campaña, pues los desplomes electorales de la última década y sus créditos provocaron que el Bloque no solo acometiese un ERE entre su personal, sino que restringiese al máximo sus gastos hasta el punto de que pidió a sus militantes trabajar gratis en campaña e involucrarse al máximo, como publicó FARO.