La corrupción generó ayer dos nuevos encontronazos durante el pleno parlamentario. Una de ellos tuvo como protagonista a la popular Paula Prado, portavoz del partido e investigada sobre el posible inflado de facturas a favor de una empresa afín a su formación y gestiones que habrían beneficiado a los negocios de su marido.

Prado, que desde que se conoció su situación apenas recibió ataques directos en la Cámara, pasó ayer al ataque, poniendo su diana en el BNG, primero, y en Beiras después. A los frentistas les afeó "ingresos fantasma", en alusión a la supuesta donación de 6.000 euros que Novagalicia atribuye a alto cargo de Vendex, empresa central de una presunta trama de sobornos municipal, y que el Bloque niega. De hecho, mostró documentos bancarios en los que reflejan como quien dona el dinero a la propia organización.

Prado no se quedó ahí y usó las ausencias del portavoz de AGE a las preguntas al presidente de la Xunta para revolverse contra sus protestas, que le impedían continuar. "Que los diputados que no trabajan dejen trabajar a los que trabajamos", espetó.

Más tarde, Beiras protagonizó otra trifulca con el vicepresidente de la Cámara, Miguel Santalices, cuando acusó a la Xunta de "ponerse morada de dinero negro", en alusión al caso Bárcenas y la corrupción. "Eso es un delito y le pido que lo retire", espetó Santalices, que ante la negativa de Beiras, borró sus palabras del diario de sesiones y le lanzó otro mandoble sobre su presencia en el hemiciclo tras sus quejas de "censura". "Si lo que quiere es no venir mañana, lo llamo al orden otra vez y no venga", le dijo.