La Consellería de Medio Rural encargará a sus brigadas de investigación que averiguen si tras un incendio los propietarios de los terrenos afectados cumplían con la normativa vigente en materia de prevención de fuegos forestales que les obliga a tener limpios de maleza y especies pirófitas -pinos y eucaliptos- los perímetros que rodean a casas y núcleos poblacionales. Es una de las novedades que recoge el Pladiga, el plan de lucha contra incendios, para este verano y que hoy será aprobado por el Consello de la Xunta.

El departamento que dirige Rosa Quintana quiere poner el foco, no solo sobre los incendiarios, sino también sobre los dueños de fincas y montes para forzarlos a extremar las precauciones en época de riesgo de incendios. Para ello aumentará el número de agentes forestales especializados en tareas de investigación -en cada distrito habrá una brigada compuesta por dos o tres efectivos-. Hasta ahora estos equipos se centraban en averiguar la causa del fuego. Pero a partir de este verano indagarán también si hubo responsabilidad del propietario de los terrenos.

Desde que se aprobó la Lei de Prevención sobre Incendios Forestales la obligación de mantener franjas de seguridad alrededor de las casas y otras infraestructuras como gasolineras o tendido eléctrico se había aplicado con cierta laxitud para dar un margen a los particulares para adaptarse. Sin embargo, ya el pasado año la Policía extremó los controles y multiplicó por cuatro el número de denuncias.

La conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, trasladó ayer durante la reunión del Consello Forestal la importancia de eliminar la vegetación que rodea las casas y anunció que se está cerrando un convenio con la Federación Galega de Municipios e Provincias para elaborar ordenanzas municipales. Según explicó, la idea es que los concellos promuevan la planificación de las franjas de seguridad y se investigue la titularidad de las propiedades afectadas.

El dispositivo contra los incendios contará este año con un presupuesto de cerca de 160 millones de euros, una cifra similar a la de 2013, según Quintana. El número de efectivos de la Xunta se elevará este año en 59 personas hasta los 5.767 -aún así estará por debajo del despliegue de 2011 de más de 6.000 trabajadores-. Este personal se verá reforzado por brigadistas del ministerio y miembros del Ejército y las fuerzas de seguridad hasta alcanzar las 7.000 personas. Además habrá 32 medios aéreos y 358 motobombas.