La victoria en la concurrida subasta por Novagalicia, sin necesidad siquiera de una segunda fase, supuso para el Etcheverría y su dueño, el grupo Banesco, un paso de gigante para posicionarse en el nuevo sector financiero español. Pero lo cierto es que lo suyo, más allá de la transcendental compra de la nacionalizada, es una auténtica metamorfosis desde antes. Desde la entrada de holding capitaneado por Juan Carlos Escotet en el accionariado, con el importante músculo financiero que aportó para apurar el crecimiento del centenario banco. Tanto con la apertura de oficinas propias como la adquisición de red en León y Asturias, precisamente a NCG con anterioridad a la puja, y que junto con la evolución del negocio interno permiten explicar que el tamaño del Etcheverría creciera el pasado año un 123% y el beneficio se disparara a 7,6 millones de euros.

Las cuentas de la entidad, publicadas ayer por la patronal bancaria AEB, registran importantes incrementos en todos los márgenes. Y de dos dígitos. Un 30,8% el de intereses, hasta los 28,6 millones. Del 47,6% el bruto, con 41,7 millones. El resultado de explotación se situó en 10,85 millones y el beneficio total en 7,595, frente a los 641.000 euros logrados en 2012. "Esta cifra significa multiplicar por doce el resultado neto", destaca la entidad.

El total de activos tras la apertura de la decena de sucursales y la integración de las 66 compradas a NCG coloca el total de activos del Etcheverría en 1.845,5 millones de euros. En diciembre de 2012 eran 827,5. Desde entonces, el crédito a la clientela aumentó un 160,9%, 1.300 millones de euros; y un 139,6% los depósitos, que suman 1.648 millones y dejan "una gran posición de liquidez" al balance.

Vuelta a ganancias

El de 2013 fue el ejercicio de vuelta a ganancias para el sector de los bancos convencionales. De las pérdidas de 2.825 millones de euros el año anterior, a beneficios de 7.274 millones, gracias, según el presidente de la AEB, a "las menores necesidades de dotaciones y provisiones". Eso sí, la crisis sigue siendo una losa. El tercer y el cuarto trimestre arrojan números rojos para las entidades, que aportaron, según Miguel Martín, el 30,4% de los 53.081 millones que costó la reestructuración -16.117 millones- a través del Fondo de Garantía de Depósitos y su capital en la Sareb.